viernes, 24 de diciembre de 2010

Capítulo 6: Casi el Paraíso (Maratón Parte 1-2-3)

Canción: Almost Paradise - TMax (Drama OST)


Parte 1
Samantha:
-¿Qué estás haciendo? – le pregunté, intentando que parara de desabrocharse la camisa-. No te quites la ropa…
¿Qué narices pretendía? Ni idea, pero cada vez me estaba poniendo mas nerviosa.
Austin tiró su camisa al suelo. No quería seguir viéndolo, así que me puse la mano delante de los ojos.
-¡Como te desnudes te la cargas! – le grité-. Oye, no estoy de broma, ¡como te quites los pantalones eres hombre muerto!
Bajé un poco mi mano para poder comprobar si ya había parado con su strip-tease, pero aún seguía y llevándome la contraria se quedó un bañador. Me tapé los ojos de vuelta.
-¡Te la estás ganando!
-Boba…
Lo volví a mirar y Austin corría hacia la orilla riendo. Me levanté de la mesa y me acerqué corriendo a él:
-¡¿Quieres morir?! ¡Me has asustado!
Se rió una vez más en mi cara. ¿Quería guerra? Pues eso tendría. Lo miré seriamente:
-Austin, no… no te muevas… quédate quieto.
-¿Qué pasa?
-No te muevas, estate quieto…
-¿Por qué? ¿Qué pasa?
-Tienes… - hice una pausa para dar mas drama-. Una… serpiente en los pies…
-¿Qué? – dijo con la voz temblando.
-En tus pies – señalé al suelo-. Una serpiente. En tus pies.
-¡¡Aaaah!! – gritó mientras empezaba a correr como un loco-. ¡¡Odio las serpientes a muerte!!
Aplaudí con euforia y Austin paró de correr, me miró con odio.
-¡Eres rápido, Austin! ¡Sigue corriendo! – me reí con ganas-. ¡Lo haces de maravilla!
-¡Ash! – Austin dio una patada en la arena y me miro con fastidio-. Maldita enana… ¡casi me da un infarto!

Selena:
Me senté en una tumbona al lado de Austin, que dormía plácidamente. Eché un poco de crema solar en mis manos y la apliqué como pude en mi espalda. Eric, dejó a Leo y a sus dos amigas francesas y se sentó en mi tumbona.
-¿Quieres que te ayude? – dijo con su sonrisa.
-Olvídalo…
Se levantó de la tumbona como si nada hubiera pasado y se acercó de vuelta a Leo y las dos francesas. Leo le echaba crema en la espalda a una de ellas:
-Mi bebé tiene piel de bebé – dijo Leo, a lo que la chica le sonrió.
Hice ascos a la escena, que chica tan estúpida…
Me levanté de la tumbona y me acerqué a la orilla. Sam tardaba demasiado en salir del agua y no podía ni verla:
-¡Sam! ¡Deja de nadar y sal un rato! – grité-. ¡Sam!
-¿Qué ocurre? – Austin apareció a mi lado muy preocupado.
-¡Sam! ¡Le pasa algo, tarda mucho en salir! – contesté histérica.
Austin intentó lanzarse al agua para ir a buscarla pero se quedó paralizado. Jack apareció de la nada y se lanzó al agua.
Austin dio unos pasos hacia delante pero volvió a quedarse paralizado de vuelta, ¿qué le pasaba?

A lo lejos Jack había llegado a junto de Sam, y la traía de vuelta agarrandola con sus brazos. En cuanto el agua cubría poco la tomó en brazos. Todos se acercaron corriendo y Jack la tumbó en una de las tumbonas.
-¡Sam! ¡Despierta! – le rogé agitándola.
Sam abrió lentamente los ojos y tosió, escupiendo agua salada. Todos suspiraron aliviados.

Samantha:
Eric y Leo me ayudaron a incorporarme con cuidado sobre la tumbona y Jack cubrió mis hombros con una toalla. Selena se sentó a mi lado y me abrazó. Levanté la vista y Austin se alejaba con la cabeza agachada.
-Austin… - dijo Selena mirando a los chicos-. Él se paralizó nada más tocar el agua…
-No sabe nadar… - le respondí, también miré a los chicos-. ¿Por qué alguien como Austin no sabe nadar?
-Le secuestraron cuando tenía ocho años – nos dijo Leo-. Le dejaron al cuidado de un empleado, era su guardaespaldas y su chófer.
-¿Estás diciendo que ese hombre lo secuestró?
-La policía los rodeó, y él se lanzó al agua con el coche – continuó Eric-, lo peor, Austin estaba dentro de ese coche. Si está vivo… se debe a un gran milagro.

Parte 2
-Presidenta, ¿me llamaba? – preguntó Robert nada más entrar en el despacho de su jefa.
-¿Dónde está mi hijo? ¿A dónde se ha ido Austin? – pregunto Noah Mcklaine sin dar rodeos.
-Según el informe de despegue del jet privado ha ido a Nueva Caledonia a pasar el fin de semana.
-De acuerdo – contestó la mujer dejando escapar un suspiro-. Un momento, ¿ha ido solo?
-No, está con sus amigos del F4.
-El F4 otra vez… ¿cuándo dejará de liderar esa chiquillada? – miró a Robert-. Ya puedes retirarte.
Robert hizo una reverencia y salió del gran despacho.

Samantha:
Se había hecho de noche en aquel paraíso. Caminaba al lado de Selena detrás de Eric, Leo y Jack. Ellos dijeron que Austin nos esperaba en un sitio para cenar. Y no era mentira.
Él nos esperaba de pie al lado de una mesa circular llena de comida. Nos sonrió nada más vernos.
-¿Qué es todo esto? – preguntó Leo con una sonrisilla.
-Lo he preparado especialmente para vosotros- Austin se acercó a mí.
-Pues no lo parece – replicó Eric antes de sentarse-. Mas bien parece que lo has preparado para alguien en especial.
-¿Qué importa eso? ¡Disfrutemos de la cena!
Todos se fueron sentando, yo lo iba a hacer al lado de Jack, pero Austin me agarró de la muñeca y me llevó a una mesa a parte, también llena de comida. Me obligó a sentarme y me soltó.
-Au, duele… - me quejé, frotando la muñeca que Austin había agarrado.
-Cómetelo todo.
Miré la mesa, ¿todo? ¿Yo sola?
-¿Crees que soy Godzilla?

-Es bueno para la salud, así que come – me sirvió comida en un plato y lo colocó delante de mí-. No me extraña que tengas calambres si comes esos gusanos raros cada día.
-¿Gusanos raros? – pregunté extrañada.
-De todas formas, ¿tiene sentido que un nadador casi se ahogue?- me regañó.
-Un calambre puede darle a cualquiera – me quejé.
-Sea un calamar o una ballena, no soporto ver débiles a los que me rodean. Así que no hables tanto y come, ¿de acuerdo? – tomó un vaso de zumo de la mesa y se alejó a dónde estaban Eric y Leo.
-Calambre no calamar… - susurré por lo bajinis.
Miré hacia Jack, él no estaba comiendo nada y tenía la vista perdida. Se levantó de la mesa y se fue, dejando su sitio y plato vacíos.

Jack:
Me apoyé en la barandilla de metal mirando hacia el mar azul, aunque era de noche y no se podía distinguir su color.
El aire fresco de la noche golpeaba suavemente mi cara, y llenando mis pulmones de oxígeno. Era extraño, volver a Nueva Caledonia, volver sin Mackensie, pero con dos nuevas personas…
Sentí una persona acercarse. La miré. La niña que vendía flores. Me agaché poniéndome a su altura y me abrazó.
-¿Cómo estás? – le pregunté en francés, a la vez que acariciaba su mejilla.
-¿Tu novia no está contigo? – me preguntó inocentemente.
Negué con la cabeza. Me entregó unas flores blancas que traía en su mano.
-Son para tu novia – sonreí y le acaricié el pelo. Salió corriendo.
Me erguí de vuelta mirando las flores, parecían tan delicadas.
Entonces la miré, Sam se alejaba lentamente. Sonreí y miré las flores, debía dárselas a una chica…

Eric:
Sam había desaparecido, y como consecuencia había dejado a su amiga sola. Todos bailaban y se divertían, pero Selena a causa de su soledad se atiborraba de postres. Me acerqué a ella:
-¿Vas a acabártelo todo? A Austin no le gustan las chicas gordas.
-¿Qué?
-Pero el pijama que me compré a lo mejor te sirve – me miró asustada, sonreí-. Aunque Austin solo tiene ojos para Sam, nunca menosprecies su forma de ser.

-¿De qué me estás hablando?
-Un hombre que ha sido rechazado es muy vulnerable- me crucé de brazos-. Creo que merece la pena intentarlo.
-¿Pero se puede saber de qué estás hablando? – volvió a repetir.
-A ti… ¿no te gusta Austin?
-Que ridiculez es esa… - bufó-. Perdona, pero tengo mi tipo de hombre y Austin… no está entre ello.
-Pero reaccionaste de una forma extraña cuando dije que podía pasar algo entre Austin y Sam. ¿Por qué estabas tan susceptible?
-Em… pues…
-Oye, no me digas que te gusta Sam.
-¡No! – exclamó-. ¡Ella es mi mejor amiga! ¿Estás loco? ¡Es solo que a Sam le gusta otra persona que no es Austin! – exclamó.
Abrí los ojos como platos, ¿Qué Sam…? ¿Qué?
Selena se llevó la mano a la boca, señal de que se le había escapado algo que no debería haber dicho nunca.
-¡Eric, ven a bailar con nosotros! – me llamó Leo desde la otra punta, estaba acompañado por la francesas.
-Tú y yo continuaremos esta conversación luego… - dije antes de volver con Leo.
Sam volvió a aprecer de entre los matorrales y se acercó a Selena.
Empezaba la noche de verdad, bailes, risas, música… Pura diversión.
Austin sacó su teléfono móvil:
-¡Hora del show! – exclamó señalando al cielo.
Y en la oscuridad de la noche, fuegos artificiales decoraron el cielo. Mil formas y colores. Las chicas estaban completamente maravilladas. Me acerqué a Austin y le di unas palmadas en su espalda:
-Austin, que sepas que te admiro un montón.
Me miró sin saber de qué narices le estaba hablando. Rápidamente me ignoró y se quedó completamente embobado mirando hacia Sam.

Parte 3
Samantha:
Me dolían un montón los pies al llegar a mi cabaña. Tomé una ducha de agua fría y me puse el albornoz. Había sido una noche maravillosa. Salí del baño y lancé un grito.
Austin estaba de pie en mi habitación. Me miró de arriba abajo, lo que me hizo sentir incómoda, empezando porque era mi cabaña, porque yo estaba en albornoz y sin nada más por debajo.
-¡Pensé que te habías desmayado ahí dentro! – exclamó mirándome fastidiado-. ¿Eres como las abuelas que se cepillan el cuerpo?
-¡Tú!
Corrí hacia la puerta y miré el número de la cabaña. 148, era la mía, no me había equivocado. ¿Qué diantres hacía en mi habitación?
-¡Está pidiendo a gritos que quiere morir! ¡Y va a morir! – dije mientras cerraba otra vez la puerta.
Me acerqué a Austin enfadada:
-Ésta no es tu habitación, ¡es la mía!
-¿Quién lo ha dicho? – me retó.
-¿Entonces que haces aquí? ¿Qué quieres?
-Sabes que siempre hago las cosas con un propósito.
-¿Propósito? ¿Qué propósito? – Austin se acercó lentamente a mí, me agarró de los hombros y me sentó a los pies de la cama. Acto seguido se arrodilló ante mí.
Recordé las palabras de la adivina, “Estás perdiendo algo importante… ¡como mujer!”
¡No! ¿Austin tenía pensado…?
-Austin, ¿qué narices estás…?

Agarró mi tobillo, yo rodeé el albornoz con mis brazos, oponiendo resistencia y cerré los ojos fuertemente.
-Las baratijas te sientan realmente bien – soltó mi tobillo.
Abrí los ojos. Menos mal, solo habían sido mis imaginaciones. Austin me había colocado una tobillera, era bonita, hecha de hilos y conchas.
-¿Has venido para darme esto? – pregunté todavía temblando.
-¿Pensabas que iba a hacerte algo? – se levantó del suelo-. Si a la chica no le gusto, no la toco. Ahora duerme tranquila y cierra bien las ventanas, pueden entrar lagartijas.
Me dio la espalda y abrió la puerta para irse, pero antes de eso volvió a hablarme:
-Puede que sea una baratija, ¡pero como la pierdas te mato!
Cerró la puerta dando un gran portazo.
Me levanté de la cama y abrí las maletas una por una buscando algo para ponerme, pero solo había vestidos, faldas y más vestidos. Maldito Austin…
Al final me puse un vestido rojo y una chaqueta blanca, ya que se notaba el frío de la noche.
Salí a dar una vuelta por ahí. Caminé hasta la playa. Había una persona sentada en la arena. Me acerqué a él, si él porque era Jack.

Jack:
Sam se sentó a mi lado sobre la blanca arena. Tomé las flores blancas que estaban a mi lado y las miré fijamente:
-¿Sabes que significa el lirio del valle? – pregunté-. Que serás feliz.
-Es un regalo que se hacen mutuamente las parejas.
-¿Lo sabes?
-Sí – sonrió dulcemente-, me lo dijo una niña que vendía flores como ésa.
-Solía venir aquí con esa persona, decía que esto le recordaba a Nueva Zelanda y que le gustaba mucho.
-¿Ella… está bien?
-No sé. Debería.
-Jack, ¿ocurrió algo con Mackensie en París?
-¿Por qué me pediste que fuera tras ella? – miré hacia Sam fijamente, se encogió de hombros sin poder contestar mi pregunta-. Finalmente me he dado cuenta de lo patético que soy, no hacía nada más que esperarla en ese apartamento vacío todo el día.
-Pero el hecho de pasar tiempo juntos ya es algo de agradecer.
-¿Sabes lo que se siente al ser una carga para la persona que amas? Llamaste patéticos a todo aquel que no sabe hacer nada por sí solo.
-Eso fue… - me cortó.
-Tienes razón. Estoy acostumbrado a no hacer otra cosa que amar a una mujer, si que soy patético- le tendí las flores-. Toma, son tuyas.
- No las quiero, debes dárselas a Mackensie, no a mí.
Dejé las flores de vuelta sobre la arena.
-Yo me voy – dijo Sam-. No te quedes mucho tiempo aquí fuera o pillarás un buen resfriado.
Apoyó las palmas de las manos sobre la arena para levantarse. Pero la abracé fuertemente.

-Hace frío – susurré en su oído-. Tanto que ya no lo siento.
La solté lentamente y miré en sus ojos. Se despidió y se fue lo más rápido posible. Miré la arena, una pulsera estaba allí tirada, era de hilos y conchas, las coloqué en mi muñeca. Seguramente sería suya, y la había dejado atrás sin darse cuenta.

Austin:
Las 4 am, y la cabaña de Sam estaba completamente vacía, ¿a dónde había ido a estas horas? No lo sabía y me tenía muy preocupado. Me quedé fuera de la cabaña esperándola.
Se escucharon pasos de alguien que se acercaba corriendo, y ese alguien era nada más y nada menos que Sam.
-¡Deberías avisarme si vas a salir! ¿Sabes lo preocupado que estaba? – le grité visiblemente nervioso.
-¿Soy una niña? ¡Ya soy mayorcita para ir a donde quiera! ¿Qué pasa?
-¿Qué pasa? – repetí molesto-. ¡Tenía miedo de que cayeras en la piscina, te mordiera una serpiente o algo parecido! ¿Cómo no voy a preocuparme?
-Austin… - agachó la cabeza-. Lo siento…
-Escúchame, a partir de ahora no vuelvas a nadar sola. Ni tampoco vuelvas a salir a pasear sola, ¿queda claro? Ahora entra en la cabaña y a dormir.


*¡¡Feliz Navidaaad!! ^^  Siento haber tardado tanto, pero ya se sabe, exámenes ¬¬ Espero poder colgar pronto la segunda parte del maratón, no prometo nada... estamos en épocas de cenas familiares, reuniones... pero haber, habrá :) ¡¡Que Papá Noel os traiga muchas cosas!!

5 Flores:

Elena dijo...

que buen maratón ^^

Unknown dijo...

Gracias X Regresar!
Feliz Navidad! :)

Helen dijo...

Bieeeeeen!^^ regresasteis! :D me encanta el maratóón :) tenéis que publicar más jaja. Os entiendo, las reuniones, las comidas... pero bueno habéis vuelto, que es lo que importa, y me encanta, solo quiero leer más y más. Feliz Navidad! :D

Lina dijo...

Extrañaba mucho esta historia!!! me encanto la maraton... quiero los otros, que lindo Austin, pobre Jack pero encontrara a alguien y ademas Eric y Selena jum... quein los ve... ¿algo va a pasar entre ellos? quiero el otro cap... me gusta mucho tu historia...chao y tambien Feliz navidad atrasada...

Lady Tristania dijo...

Hola!, pasaba a decirte que en mi blog estoy organizando un concurso en el que puedes ganar un colgante con un SINSAJO grabado, por si quieres participar :)

Besos de letras con Tinta (^_^)