martes, 31 de agosto de 2010

Capítulo 3: El Terrible Primer Beso (Parte 7 - Final)

Canción: Love Game - Lady Gaga

Samantha:
Me quedé recta, tiesa, estática, como si mis músculos se convirtieran en planchas de metal. Miré hacia atrás y Jack, Eric y Leo me daban ánimos. Llené mis pulmones de aire, sólo tenía que desfilar como Austin había hecho anteriormente. Pie derecho, izquierdo, derecho, izquierdo, ay que me mato, izquierdo. Al llegar al final del pasillo miré hacia el público y sonreí ampliamente. Todos aplaudían, incluido Austin.
-El precio de salida de este espléndido vestido es de 20.000$, ¿alguien da más?


La Presidenta Mcklaine miraba con desconfianza hacia la jovencita que acababa de desfilar, ¿que joven de buena familia podría tropezar con unos caros zapatos de tacón?
-¿Cómo ha estado Austin últimamente?
-Estos días parece comportarse mejor - informó Robert a su jefa-. Y se toma los estudios más en serio.
-¿Sabes quién es ésa chica?
Por supuesto que la conocía, la mujer maravilla, a la que hacía un mes le había entregado una beca. Ahora, ¿qué hacer? ¿Decir la verdad y arruinar la vida de la pobre chica o mentir a su jefa?
-Lo único que sé es que es una nueva estudiante en el Waldcorf Secondary School.
-Averigua quién es su familia.
-Entendido, Presidenta.

Samantha:
-¿Va en serio? ¿Son las gafas que usó Michael Phelps? - preguntó papá maravillado con las gafas entre sus manos.
Me tumbé en el sofá de mi casa totalmente agotada  ya con mi pijama puesto y asentí.
-¡Guau! ¡No es coña! - exclamó Frankie con la vista clavada en el ordenador-. Hermanita, si las vendes te harías rica pero seguro. ¡Multimillonaria!
-¿Y ahora qué has encontrado?
-Si las vendes te darían mínimo un kilo por ellas.
-¡¿Un kilo?! - exclamó mamá-. ¡Las venderemos!
-¡Ahora mismo! - le apoyó papá-. ¿De dónde vas a sacar un kilo tan fácilmente?
Se las quité de las manos:
-¡Ni de coña! Tienen mucho valor - todos me miraron extrañados-. Bueno, lo que quiero decir es que... esto es algo que no se puede valorar con dinero. Valor sentimental.
-Oh, ¿tu tienes sentimientos? - se burló Frankie.
Me encerré en la habitación y me senté en mi escritorio dándoles vueltas a las gafas. ¿Vender un regalo? Un flashback apareció en mi mente:
-Me voy- le dije a Austin una vez quedamos solos tras acabar la subasta-. De todos modos, gracias.
-¿Qué? No te oigo.
-Gracias...
-¿Qué?
-¡¡Que gracias!! - grité-. ¡No te hagas el sordo conmigo!
-Un simple "gracias" era suficiente. ¿A qué viene lo de "de todos modos"? Claro, los plebeyos son más orgullosos.
-Con que haciéndote el sordo... Pues, retiro las gracias. Claro, la gente no cambia de buenas a primeras. Ahora, me largo.
-Eh, mala hierba- me lanzó una cartuchera-. Ni se te ocurra beber cuando yo no esté.
Metió las manos en los bolsillos y se fue. Abrí la cartuchera y sonreí, eran... las gafas de Michael Phelps.
Volví al mundo real. Guardé las gafas en su cartuchera y las metí en el cajón de mi escritorio. Ahora el pañuelo de Jack compartía cajón con las gafas de Austin. Y no solo ahí, sino que Jack parecía empezar a compartir un pequeño pedazo de mi corazón con Austin.


Canción: Bleeding Love - Leona Lewis


La semana empieza de vuelta para todos los estudiantes. En la clase especial del F4 toca latín. Ninguno presta atención. Austin mira a su derecha. El pupitre en el que Jack debería estar sentado se encuentra completamente vacío. Llega el recreo, Sam sube a la azotea, pero también está vacía, ni rastro de Jack. Pero él está en el bosque, tocando la melodía más triste que pueda existir y sin poder controlar sus sentimientos. Una lágrima florece en su ojo izquierdo, resbala lentamente por toda su mejilla hasta perderse en su barbilla.
Samantha:
Piscina,el único lugar donde poder olvidar todos mis problemas. Además, si quería mantener mi beca en ese lugar no me quedaba otra que nadar, nadar y nadar.
Al entrar una persona me estaba esperando.
-¿Mackensie? - me miró y sonrió-. ¿Qué haces aquí?
-He venido a darme de baja en la escuela. Quería verte otra vez antes de irme, y he venido aquí a ver si había suerte. He tenido suerte.
-¿Te vas? ¿De verdad no vas a volver?
-Asusta, ¿verdad?
-¿Cuándo te vas?
-Mañana.
-¿Tan pronto? - asintió-. Yo... Mackensie, no he tenido tiempo de darte las gracias, ni te he devuelto los favores que te debo.
-Me enfadaré si me dices esas cosas. Lo supe la primera vez que te vi, que la persona que hacía sonreír a Jack cada vez que la mencionaba, eras tú Sam.
Jack:
Allí estaba el coche y chófer de Mackensie, ¿ella estaba en la escuela? La busqué por todas partes, y la encontré. Sentada hablando con Sam en la piscina. Me escondí donde ellas no pudieran verme y yo pudiera escucharlas.
-Esto... Mackensie - Sam se arrodilló ante ella-. Yo era muy fan tuya antes de conocerte, y por eso entiendo mejor que nadie por qué tomas esta decisión, pero...te suplico que no te vayas.
-Sam... Levántate y no llores...
-Sé que no tengo razón a pedírtelo ni tu a escucharme pero... no sé que hacer.
-¿Es por Jack? - preguntó Mackensie.
-No sé nada de Jack.... si sé...lo importante que eres para él. En sus ojos hay una sombra de tristeza, pero sonríe a veces...
No podía escuchar más. Cada palabra que intercambiaban me rompía por dentro. Me largué de allí.
Samantha:
-Aún es capaz de calentar los corazones de la gente, y tu eres la única capaz de hacerlo sonreír. Si te vas... no volverá a sonreír jamás.
-Sam- me ayudó a levantarme -, cada decisión que tome es como ir de compras al extranjero. No habrá otra oportunidad sino me muestro firme en este momento. Y no quiero arrepentirme en el futuro - tomó aire-. Jack también es una persona muy importante para mí, sé que se siente de la misma manera y creo que tampoco quiere verme vivir arrepentida. ¿Cómo lo ves?
-Lo siento, lo siento mucho...
-No, me alegra que me digas estas cosas. Gracias. Oh, un momento- se giró y tomó una caja de zapatos que había en el suelo. La abrió y puso los zapatos rosas con los que había bailado con Jack delante de mí.
-¿Me los regalas?
-Sí. Ya te lo dije, ¿no? Espero que estos zapatos te lleven a un buen lugar. También tengo algo que pedirte.
-¿Mm?
-Haz que Jack vuelva a sonreír.
Jack:
La esperé hasta que se hizo de noche. Sam venía caminando a lo lejos para irse a su casa. Aceleré el paso y me planté en sus narices:
-¿De qué vas? - pregunté enfadado-. ¿Quién te crees que eres para hacer estas cosas? ¿Te ha pedido alguien que me ayudes? Esto no es un favor, Samantha. Es humillante. ¿Es que no tienes orgullo?
-No es porque no tenga orgullo, es porque odio verte sufrir - las lágrimas resbalaron por su rostro-. Siento que sufres hasta el límite.
-¡¿Y a tí que te importa?! - grité-. No es asunto tuyo. Piérdete.
-De acuerdo...
Se secó las lágrimas y se fue corriendo. Me quedé solo cuándo ya empezaba a anochecer. De repente me sentía mal, yo no era tan mala persona. Me monté en mi moto y aceleré al máximo, no podía perderla. Tenía que encontrarla. Y ahora.


Adelantos: 
Capítulo 4: UR Man (Tu Hombre) 


Eric: Entonces, ¿qué es para tí un "macho"?
Austin: Un hombre que se ocupa de las consecuencias de principio a fin.

Austin: Escúchame bien porque no lo voy a volver a repetir.
Sam: Va... vale...
Austin: Sam, tú y yo deberíamos...

Sam: ¿Qué es esto? ¿Dónde estoy? ¡¡¿Qué está pasando?!!

Sam: Lo siento, sé que es un error imperdonable...
Mamá: ¿A quién ha salvado nuestra niña?
Frankie: ¡¡Al heredero del Grupo Mcklaine!!
Sam: ¿Eh? O.O

Jack: ¿No os estáis pasando?
Eric: Tú... ¿qué haces aquí?
Jack: También me voy a Francia, gracias chica maravilla.

Eric: Eres libre de salir con quién quieras, pero la decisión final es de nuestro padres, ¿no lo habrás olvidado?
Austin: Lo sé.

Ginger: No sé cómo puedes ser tan asquerosa, ¡¡hacerle eso a Austin, es lo mismo que hacérnoslo a todos nosotros!!
Sam: ¡¡Yo no hice nada!!
Miranda: ¿De verdad? (sonrisa maligna)

Leo: No lo había visto así desde la boda de Ashley.
Eric: Cierto, pero como no pare... pronto tendremos una desgracia...

Sam: ¡¡Te juro que es un error!!
Austin: ¿Cómo va a ser un error si sales en la foto? Samantha Gilbert, a partir de hoy no te conozco.

viernes, 27 de agosto de 2010

Capítulo 3: El Terrible Primer Beso (Parte 6)

Canción: It's my life - Glee Cast Ver.  

Samantha:
Todos se pusieron en pie sin decir ni media palabra, excepto Austin y yo, que a causa del nerviosismo tenía las piernas paralizadas.
-¿Quién es ella?
-Hola... - fue lo único que conseguí decir.
-Es mi invitada, así que no te importa -contestó Austin secamente.
-Está en mi casa, también es mi invitada- me miró de pies a cabeza-. ¿O no señorita?
Sentí los pasos de Jack por la habitación. Se sentó a mi lado y me pasó su brazo por los hombros, luego añadió:
-Es amiga nuestra, Señora Mcklaine.
-Sí, va a nuestra escuela. Como es tan mona, la dejamos entrar en el F4 como mascota - siguió Eric, ayudando a Jack a salvarme el pellejo-. Bueno, o algo así...
-¿De qué familia eres?
-Yo...
-¿A qué se dedica tu padre?
-Mi padre es...
-Un hombre de negocios- me cortó Jack.
-¿Ah, sí? ¿Qué negocios?
-Bueno, de ropa - Leo contestó en mi lugar, la mujer cerró los ojos-. No, no... del mundo de la moda. Es muy famoso por su línea de ropa.
Asentí con energía. Austin tomó aire.
-Perfecto. Y, ¿estás interesada en la subasta de hoy?
-Sí, y no sólo está interesada - dijo ésta vez Eric-.Ha traído el nuevo diseño de su padre especialmente para ello.
-Tiene muy buen gusto, ¿y tu madre? ¿a qué se dedica?
No pude responder, Robert hizo acto de presencia para anunciar que los invitados la reclamaban.
-Austin, procura comportarte como es debido. Es por una buena causa, espero que ayudéis.
Dicho esto nos dio la espalda y salió de la sala con pasos elegantes. Todos suspiramos aliviados.
-¿Cómo habéis podido mentir? Oh Dios... deberíais haberle dicho la verdad.
-¿Que tu padre tiene una tintorería y tu madre limpia baños públicos? - contestó Eric-. Pues entonces no sólo tú, sino también tu familia os veríais en algún que otro aprieto.
-Sam, si ella lo desea puede hacerte la vida imposible - siguió Leo-. Es lo mejor que podíamos hacer.
-¿La maldad... - pregunté mirando hacia Austin-, se hereda, verdad?
-Quizás la idea del asesino... no era tan mala - me contestó.
Austin:
Entramos los cinco en la sala dónde se celebraba la subasta. Estaba llena de gente de todas las razas y colores. Eric, Leo y Jack tenían una papeleta en la mano. Sam y yo no, yo no tenía pensado participar y Sam... no tenía el dinero suficiente.
-Buenos días Señoras y Señores, bienvenidos a esta subasta celebrada por el Grupo Mcklaine - dijo un hombre bajito-. Demos paso al primer objeto en subasta.
Una chica sonriente entró con una bandeja de plata en las manos, se posaban unas gafas de natación.
-¡Las gafas que el nadador Michael Phelps utilizó en las olimpiadas de Pekín'08!
Miré hacia Sam, tenía la boca abierta y los ojos le brillaban.
-Te va a entrar un moscardón en la boca...
-Pero, ¡son las gafas de Michael Phelps! - exclamó-. Bah, da igual. No puedo hablar de eso con alguien que no sabe nadar.
La ignoré y puse la atención en la subasta.
-El precio de salida es de 5000$, ¿quién da más?
-6000$-Leo levantó su papeleta.
-8000$ - gritó una mujer algo gorda, siempre competía contra Leo.
-10.000$ -Leo subió la cantidad.
-50.000$
El teléfono sonó. El hombre respondió y gritó un nuevo precio:
-100.000$ ¿Alguien da más? Muy bien, adjudicado al hombre del teléfono por 100.000$ - dio tres golpes con el martillo-. El siguiente es la última obra de cerámica del joven Eric Wallingford.
Entraron dos azafatas con el jarrón en las manos, era precioso. Eric sonrió orgulloso de su magnífica obra.
Me alejé, era mi turno en la subasta.
Samantha:
Austin se alejó sin decir nada, dejándome completamente sola. Entonces atravesó el centro de la sala cómo si fuese una pasarela. Todos los presentes le miraban expectantes.
-El siguiente artículo es el traje Pavioni que viste Austin Jake Mcklaine, heredero del Grupo Macklaine- todos aplaudieron-. La ligereza y majestuosidad de llevarlo son parte de sus virtudes.
El hombre continuó hablando del traje. Entonces la vi entrar, la madre Austin, acompañada de Robert, su fiel secretario. Saludó a algunos presentes, en cuánto me vió se encaminó hacia mí. Miré hacia Austin, él tragó saliva y con un gesto llamó la atención del F4. Jack se acercó rápidamente y me agarró del brazo. La señora Mcklaine se quedó quieta.
-¿Qué haces? Vente, la siguiente eres tú- me arrastró por el brazo y me llevó al final de la sala dónde me aguardaba el resto del F4.
-En serio que no puedo hacerlo, ¡ni se os ocurra! - les advertí.
-El siguiente es un vestido diseñado por un socio de Amancio Ortega y que será presentado por su hija.
-¡Quietos! Os juro que os mato.
No me hicieron caso y Jack, Leo y Eric me empujaron al pasillo. Me quedé quieta mientras toda la sala me observaba. En especial, la madre de Austin.

*Comentad porfavor. No sé porqué, pero nos está empezando a dar la impresión de que ya no os gusta el blog, demostradnos lo contrario y comentad, de corazón os lo decimos :)

miércoles, 25 de agosto de 2010

Capítulo 3: El Terrible Primer Beso (Parte 5)

Samantha:
Me desperté, pero sin abrir los ojos. No me hacía falta abrirlos para saber que estaba en un lugar rico, ya que olía a caro. Abrí los ojos y me incorporé.
-Eres una dormilona- dijo una voz, aunque sabía perfectamente que era Austin.
Éste leía el periódico sentado en un sillón delante de la cama. Me subí la sábana hasta el cuello:
-¿Cómo he llegado hasta aquí?
-Te he traído yo- contestó sin levantar la vista del periódico.
-¡Te estoy pregunta por qué no estoy en mi casa sino en la tuya!
-¿No lo recuerdas?- cerró el periódico y triscó los dedos.
Un mayordomo entró por la puerta seguido de dos sirvientas. La primera llevaba el traje de Austin de la noche anterior y la otra los zapatos.
-Peter, explícale.
-De acuerdo. Es una marca de fama mundial. Un Gucci diseñado por los modistos de Milán. Fue el primero que se expuso en la colección de primavera/verano. Llegó de Milán un día después, y su precio es...
-Basta, ¿quieres asustarla con el precio? - le cortó Austin-. Ya podéis iros.
Peter hizo una leve reverencia y abandonó la habitación seguido de las dos sirvientas.
-Ahora mismo no me apetece oír hablar de tus caros modelitos- reproché.
-Ése traje lo llevaba ayer.
-¡¿Y a mí qué narices me importa eso?!
-Ayer era la primera vez que lo llevaba y será la última. ¿Debido a quién?
Un ligero flashback dio vueltas en mi cabeza. Austin, yo, un bar, una bebida y... ¡¿yo le había vomitado encima?!
-¿Recuerdas ya algo? -asentí todavía en shock, continuó-. Debido a tu estado no tuve más remedio que traerte a mi casa.
-Perdón...
-Ya he llamado a tus padres. No parecían muy preocupados,  sobre todo cuándo dije mi nombre. Ya ves, ni tus padres te aguantan.
-Bueno, me voy. Perdona por haber molestado tanto.
Me levanté de cama y Austin volvió a hablar:
-¿No deberías esperar a que se te pase la resaca? - sonrió con malicia.
Peter volvió a entrar por la puerta y se acercó a Austin:
-Señorito...
-¿Qué pasa?
-Su madre...
-¿Qué pasa con la bruja?
-Ya ha llegado...
Austin dio un salto levantándose del sillón:
-¿Tan pronto? ¿Por qué tan pronto?

Y mientras Austin y Sam siguen encerrados en la habitación, la Presidenta del Grupo Mcklaine hace presencia en la enorme mansión seguida por su enorme séquito de guardaespaldas, y Robert, su secretario. Para delante de Peter, que le hace una reverencia.
-¿Dónde está Austin?
-En su habitación, señora.
-Asegúrate de que no huya, quiero verlo en la subasta.
-De acuerdo.
La mujer sigue su camino hacia el despacho. Peter mira hacia arriba preocupado. Pobre chica, hoy será el fin de sus días.

Austin:
Lo había olvidado, la subasta. ¿Y ahora cómo iba a sacar a Sam de casa sin que nadie se enterara? En cada esquina había alguien con los preparativos. Agarré a Sam de la mano, abrí la puerta y dos guardaespaldas se acercaban. La empujé al interior de vuelta. Tomé mi móvil y llame al F4, conversación a cuatro bandas:
-¡Emergencia!
-¿Qué? - contestó Jack-. ¿Que has hecho ya?
-Tengo problemas y gordos... ¡Sam está ahora en mi habitación! No tengo forma de sacarla.
-Austin, sabes que si la bruja la encuentra... -continuó Eric.
-Eres hombre muerto- remató Leo.
-¡Venid rápido! -colgué.

Llegaron lo más rápido que pudieron. Daba vueltas nervioso por la habitación, mientras Sam se balanceaba sobre mi caro sofá de cuero aún con mi pijama puesto.
-Hay una chica rara en la habitación de su hijo - Eric analizaba la situación-, y es "solo" Samantha Gilbert, para colmo lleva puesto el pijama de Austin, ¿cómo va a reaccionar?
-Mañana por la mañana Austin será enviado a... -dijo Leo dando vueltas a un globo terráqueo que había en la habitación-. ¡Alaska! 1000$
-Subo la apuesta - Eric apoyó su mano en el globo -. 2000$ a que lo enviarán a una escuela militar en Alaska.
-Pero antes contratará a un asesino -añadió Jack.
Sam tragó saliva, se notaba muy asustada.
-¿En serio? ¿Tanto miedo da?
-Verás querida, en sexto curso fuimos a un campamento de verano y nos escapamos el mismo día. ¿Lo recordáis? - preguntó Leo.
-Aquel día casi morimos, ¿cómo olvidarlo? - rió Eric.
-Vino a buscarnos con unos militares armados - respondí sin ganas de recordar tan horrible escena.
-Quizás... yo si sepa cómo salvaros.
Y sin más Eric abandonó la habitación corriendo.

Eric:
Estaba seguro de que no faltaría, aquella chica tan guapa, ligue en el pasado y estilista de la bruja en el presente. Bajé las escaleras corriendo, en cuánto me vio se acercó dándome un beso en cada mejilla.
-Cuánto tiempo -dije sonriendo.
No fallaba, mi sonrisa derretía hasta el hielo más congelado.
-Eric, ¿verdad? ¿Cómo puedes ser tan guapo?
-Y tú eres toda una belleza americana. Todo el mundo lo comenta.
-¿Qué quieres? Dilo, anda. ¿Qué quieres de mí?
-Me conoces tan bien, por eso me gustas tanto.

La Presidenta seguía en su despacho arreglando papeles de última hora. Robert anunciaba algunas novedades:
-El ayuntamiento de Nueva York ha enviado la solicitud para ayudar a niños con problemas mentales.
-Recházalo.
-Los recursos de educación social de la escuela Waldcorf también.
-Recházalo - la mujer apoyó la pluma sobre el escritorio y se puso en pie-. No dejaste que Austin escapara, ¿verdad? Quiero verlo ahora.

Samantha:
Eric había vuelto acompañado de una chica, una vieja amiga según él. La chica me trajo un vestido amarillo muy bonito. Mientras me maquillaba y peinaba en tiempo récord Austin perdía los nervios sentado en su sillón. En cuanto terminó, Eric la acompañó al pasillo y volvió a entrar. Las piernas me temblaban y casi no podía ni respirar.
La puerta volvió a abrirse y los cinco miramos atemorizados hacia allí. Una mujer perfectamente maquillada y peinada entró. La conocía de verla en la televisión. La Presidenta del Grupo Mcklaine, Noah Mcklaine. 
Echó un vistazo por todo y acabó fijando sus ojos en mí.

*Waa! Casi se me olvida de que hoy tocaba subir capítulo... ush, perdón.
Un favorcito, si a alguien se le ocurre alguna canción para este capítulo, que no dude en decírmelo, porque no se me ocurre ninguna u.u  Graciaaas^^

domingo, 22 de agosto de 2010

Capítulo 3: El Terrible Primer Beso (Parte 4)

Canción: Tik Tok - Ke$ha


Samantha:
- Oye, plebeya, si te das más golpes te quedarás más tonta de lo que ya eres, aunque creía que eso no era posible.
- ¿Cómo? - grité, dejando de darme golpes y mirándole.
- Ahora ya sabes lo que se siente cuando te rompen el corazón - dijo Austin.
- ¿De qué hablas?
- Los has visto besarse, ¿verdad? - colocó las manos en los bolsillos y sonrió burlón.
- No, no. NO.
- No, qué va.
De repente, ambos sentimos pasos en el interior de la habitación que iban hacia la puerta, yo me fui rápidamente hacia Austin de puntillas, pero con los tacones casi me rompo un tobillo, justo cuando la puerta se abrió, llegué hasta él y me volví hacia ellos. Jack y Mackensie, estaban de ganchete y nos miraron sorprendidos.
- Oh, Sam, estabas ahí, ¿Por qué no entraste? - preguntó Mackensie.
- Eh... porque... es que... Sólo quería darte las gracias, pero ya me iba.
- Bueno, Jack y yo vamos a dar una vuelta, ¿quieres venir?
¿Ir sola con una pareja de la cual me gusta el chico? No, gracias.
- En realidad, esta boba y yo nos vamos a dar un paseo en coche - dijo Austin para mi sorpresa - Así que no, no va a ir.
- ¡¿Vosotros dos?! - dijeron extrañados.
- Si, Mr. Caprichitos... y yo... en coche... - continué.
- Hala, hasta pronto - me cogió del brazo y me llevó casi a rastras hasta el otro lado de la esquina del vestíbulo, donde había un ascensor.


Le dio al botón y esperamos.
- Bueno, yo creo que mi deuda está saldada - dijo.
- ¡De eso nada! ¡Yo te salvé la vida! Aún tienes mucho que devolverme.
- Vale, entonces volvemos - hizo el amago de regresar, lo agarré de la manga del traje - Pues, el 80%.
- Diez.
-Cincuenta.
- Veinticinco y no subo más.
Se rindió poniendo los ojos en blanco.
- Vale, el 25%.
Cuando el ascensor llegó entramos y bajamos.

Austin:
Después de bajar del ascensor, fuimos hacia el bar de abajo. Me senté en la barra y el camarero me sirvió un cóctel. Sam se acercó a mí, mirando todo el bar.
- ¡Cómo mola! - reí ante su comentario - ¿Por qué está todo vacío? Sólo hay camareros...
- Lo reservé - cogí el vaso y le dí un trago.
- ¡¿Lo reservaste!? - exclamó.
- Sí, puedes hacer lo que quieras, grita, llora... yo que sé, pero si quieres pegarle a alguien, llamamos a los de seguridad.
Por una vez en su vida, no me contestó, simplemente se sentó a mi lado y apoyó la cabeza entre las manos.
- Estaba claro - murmuró - ¿Cómo alguien como yo podría competir contra la flamante Mackensie? - respiró hondo - No soy ni guapa, ni inteligente, ni rica, así que... ¿por qué lo pensé?
- ¿Sabes? - pregunté - Tienes razón, no tienes un cuerpo de infarto, tienes un mal genio horrible.
- Vaya gracias, es todo un placer oírlo - dijo sarcástica.
- Pero... tienes tus cualidades. ¿Jack? Menudo idiota, estoy seguro de que si te hubiera conocido antes que a Mackensie le habrías gustado.
- En serio... ¿lo crees?
- Eres especial, sino no me hubiera fijado en ti. Aunque tengas serrín en el cerebro eres la primera mujer reconocida por Austin Jake Mcklaine, lo que debería ser un orgullo para ti.
- ¿Qué? - ambos nos miramos a los ojos.
Vale, esto era raro, el corazón me latía muy fuerte y podía escuchar sus latidos frenéticos.
- Em... bueno, aquí hace mucho calor - dije mientras me ventilaba con la mano - Voy al baño.


Samantha:
Austin se levantó y a la velocidad de la luz se fue hacia el servicio. También me ventilé con la mano la cara, sentía que me ardía.
Pasé la mirada por la barra, donde un camarero secaba unos vasos. Le iba a pedir agua, pero vi un vaso lleno de ella. Me lo bebí todo de un trago, casi sin respirar, ni siquiera me había parado a pensar hasta que acabé de beber que aquel líquido no sabía exactamente a agua.

Austin:
En el servicio me lavé la cara con agua fría y luego me apoyé en la pared, cerrando los ojos. Madre mía, ¿que había dicho? Respiré hondo y salí al bar. Me senté donde antes y la miré. Estaba con la frente apoyada en la barra, como durmiendo. Le toqué el hombro con un dedo.
- Hey, plebeya - no respondió, seguí insistiendo - Eh, despierta. ¡Gánster despierta!-miré al camarero-. ¿Qué le pasa?
Éste me señaló el vaso que tenía delante, estaba vacío. Lo cogí y lo olí.
- Esto es licor, Martini para ser exactos - volví a mirarle - ¿Se lo bebió todo?
Asintió y siguió a lo suyo. La agarré de los hombros y empecé a sacudirla.
- Eh, borracha, ¡despierta! ¡Mujer contrólate!
De repente levantó la cabeza, me miró sonriendo, con el pelo despeinado y apoyando la mejilla en la mano.
- Esss... cierto - empezó arrastrando las palabras al hablar - Yo... soy una mujer, ¡¿una plebeya no es una mujer?! Sin dinero, belleza o inteligencia. Ya lo sé, no hacía falta que fueras tan franco.
Me reí ante la situación y volví a sentarme en la barra.
-Sin dinastía ni cerebro –murmuré.
-¿Siempre tienes que recordármelo? ¡Lo siento todos los días en mis propias carnes, imbécil!
-¿Imbécil?
-Sí, soy una mujer, pero no tengo tiempo a salir con niñitos ricos y consentidos como tú...
Me crucé de brazos. Aguantarla en estado normal era algo pesado a veces, pero borracha era demasiado graciosa.
 - Yo... jo, no es justo... Tú no tienes que preocuparte de las facturas, ni de la declaración de la renta. Yo tengo que trabajar a media jornada todos los días y aún por encima asistir a ese estúpido colegio. Y todo esto porque mi padre gasta el dinero en apuestas hípicas, ¡apostando por el peor caballo! ¡Hip! Luego mi madre, todo el día gritando, pero ella gasta lo suyo en maquillaje. Los únicos que no gastamos somos mi hermano y yo, ¿pero sabes qué? ¡No pasa nada!
Se empezó a reír sola, estaba claro, menuda borrachera llevaba encima. Me miró fijamente, no pude evitarlo y me sonrojé.
- Gracias por escucharme - me soltó un leve puñetazo en el hombro - Al final no me pareces tan mal tío. Mira, la deuda, ¡hip!, queda anulada. Y... por salvarme ante la parejita feliz, ¡hip! , te lo voy a agradecer.
- ¿Agradecer? - repetí confuso.
Me sujetó del cuello de la blusa y me acercó peligrosamente a sus labios.



Nos acercamos y cuando sus labios casi rozaban los míos... me vomitó encima del traje.
- ¡Ah! ¡¿Pero qué...?! - grité.
Ella se volvió a quedar dormida, puaj... ¡que asco! ¡La madre que la parió!

jueves, 19 de agosto de 2010

Capítulo 3: El Terrible Primer Beso (Parte 3)

 Canción: You Belong With Me - Taylor Swift


Samantha:
Aquella fiesta era, ¡Wow! ¡In-Cre-I-Ble!. Me hice paso como pude entre toda la gente allí presente. Buscaba desesperadamente a alguien conocido, al primero que vi fue a Eric, estaba con tres mujeres algo mayores que él, pude escuchar su conversación:
- Eric, me prometiste que me llamarías y nunca lo hiciste.
- Ya... es que perdí tu número - se disculpaba.
- ¿Y el mío también?
- Sí, me cayó el móvil al agua y perdí... todo...
- Bueno, no pasa nada, ¿has venido solo, verdad?
- ¡Ey zorra! ¡Yo lo he visto antes! - y las tres empezaron una absurda guerra de insultos.
Eric parecía bastante incómodo. Me miró y sonrió, yo le saludé con la mano, se acercó a mí, me tomó de la cintura y dijo:
- ¡Amor has llegado! - pararon de pelear y nos observaron decepcionadas-. ¿Otra vez tan tarde?
- ¿Que haces? - susurré.
- Tu solo sígueme la corriente - me aferró hacia el y nos alejamos de aquellas tres locas.
Me llevó hacia donde estaban Leo y Austin. Le lancé una sonrisa a modo de saludo a Leo, que me devolvió amablemente. Miré a Austin y puse los ojos en blanco.
-¿Qué haces aquí? – preguntó con fastidio.
-Mackensie me invitó.
-¿Saqueaste el centro comercial? – miró mi vestido-. Mejor prefiero no saber dónde robaste ése vestido.
-Siempre llegas tarde, pero cuando te arreglas, ¡estás preciosa! - exclamó Eric, no pude evitarme el ponerme roja.
- Estoy de acuerdo - sonrió Leo-. Eres la más bonita de la fiesta.
- Pues yo no, no me jodáis - dijo Austin con sus aires de superioridad -. Aunque le pintes rayas verdes a una calabaza para que sea una sandía, seguirá siendo la misma calabaza de antes.
- Austin, déjalo - Eric posó su mano en el hombro de Austin -. Los refranes no son lo tuyo.
- ¿Que no? Me sé uno perfecto para ahora - se aclaró la garganta - Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
Resoplé, sería pesado. Eric y Leo lo miraron asombrados.
- ¡Has dicho un refrán bien!- exclamó Leo, Eric y yo reímos.
De repente, las luces de la habitación se apagaron, dejando solamente el resplandor de una tarta enorme que venía seguido de Jack y Mackensie. Jack subió con ella a un pequeño escenario y cogió de una mesita su violín. Mackensie se puso en el borde, donde la tarta fue empujada en una mesa con ruedas hasta ella por unos sirvientes. Les dio las gracias y sonrió.
Todos empezaron a cantar el mítico "Cumpleaños Feliz", mientras Jack tocaba la melodía con el violín.


Al terminar, sopló y apagó las 20 velas. Todos aplaudimos, volvió a sonreír, apartaron la tarta y cogió un micrófono. Me fijé como Jack se escabullía por detrás. Al parecer no quería escuchar lo que Mackensie quería decir, aunque no me imaginaba el porqué.
- Amigos, muchas gracias por asistir a mi cumpleaños. Pero, he celebrado esta fiesta por algo más.
Los murmullos llenaron la habitación, ¿de qué hablaba?
- Vereis, regreso a Francia y... no volveré - todos se miraron alterados - No puedo vivir una vida sino la vivo como quiero. Quiero agradecer a los fans todo su cariño, pero no regresaré jamás.
Una lágrima resbaló por su mejilla, y se fue. Todos nos quedamos congelados.
- Bien por Mackensie, pero ¿que pasa con Jack? - dijo Leo.
- Mackensie es toda una caja de sorpresas - continuó Austin.
- Quizás por eso lleva todos estos días tan molesto y triste. Me parece que ya lo sabía - exclamó Eric.
Vaya, al parecer no era la única que me había fijado. Debía de estar muy dolido.

Jack:
Estaba sentado en la cama de la suite de Mackensie, jugando con una marioneta. Sentí como la puerta se abría, pero no me volví. Sabía perfectamente quien era. Mackensie se me acercó, se acluclilló en frente mía y sonrió.
- Vaya, aún la conservas - dijo refiriéndose a la marioneta.
No dije nada.
- Te la regalé el primer verano que estuvimos separados.
Me levanté bruscamente y tiré la marioneta a la basura. Ella también se levanto.
- Jack, por favor...
- ¡Así me siento yo! - levanté el tono de mi voz - Como una marioneta con la que juegas y luego tiras despreocupadamente a la basura.
- Yo no te tiro a la basura, sólo quiero que seas feliz.
-¡No mientas!
-Jack, si mintiera no me importaría que miraras a otras chicas. Jamás pensé en decirte esto, es gracioso pero... Cada vez que estas con esa chica, Sam, sonríes y yo de cierta manera siento celos. Sé que con ella serás muy feliz, Jack.
-No estoy de humor para aguantar tus tonterías. Ni cerca ni lejos. Un día me haces caso y al siguiente me ignoras. Sólo soy un juguete para ti.
-No es cierto Jack, si te perdiera no podría dormir tranquila.
- ¿De qué hablas? – la agarré por los hombros-. Durante 15 años sólo he tenido ojos para ti, ¿no te basta? Yo también soy un hombre Mackensie, y quiero abrazarte como tal.
Ella sonrió. Y me abrazó con fuerza. Me separé de su abrazo, tomé su cara entre mis manos y nos besamos.

Samantha:
Había salido del gran salón, recorrí todos los pasillos con un vestido bastante incómodo y unos taconazos que nunca creí que me pondría. Encontré una habitación con la puerta medio abierta, la curiosidad se apoderó de mí, pero lo que vi dentro me destrozó completamente. Jack y Mackensie se estaban besando. Los nervios me hacían temblar, ¿cómo había creído que Jack querría estar conmigo?
Cerré la puerta con cuidado, me apoyé en una de las paredes y me empecé a dar leves cabezazos.
Entonces, escuché su voz.
- Oye, plebeya, si te das más golpes te quedarás más tonta de lo que ya eres, aunque creía que eso no era posible.
- ¿Cómo? - grité, dejando de darme golpes y mirándole.
- Ahora ya sabes lo que se siente cuando te rompen el corazón - dijo Austin.

martes, 17 de agosto de 2010

Capítulo 3: El Terrible Primer Beso (Parte 2)

- Un placer hincharte la balsa, Austin - dijo el chico casi sin poder respirar.
- ¿La has hinchado a pulmón? - asintió - Estás jodido... te aviso, ¡como me caiga al agua estás expulsado!
Dos chicas se me acercaron.
- Nosotras te hemos preparado este cóctel - me tendió una copa como esas que dan en Hawai.
- Gracias, pero... ¡como me intoxique también estáis fuera! Ahora, ¡largaros todos de aquí!
Vale, ahora toca meterse en la piscina, estaré sobre una balsa, no tocaré el agua...
Me puse unas gafas de sol, y me tumbé en la balsa como si estuviera de vacaciones en el Caribe. Incluso me había vestido para la ocasión, un pantalón corto blanco y una camiseta de manga corta.
Escuché unos pasos de tacones acercarse, ¿la plebeya usa tacones?
- ¡Oye! ¿Qué horas son éstas de llegar? - dije sin abrir los ojos-. ¡Si eres nadadora pues concéntrate en entrenar! Ve con cuidado o te echo.
- ¿De qué hablas? - aquella voz no era de Sam, ella no tiene un timbre tan fresa.
Abrí los ojos y puse las gafas en la punta de mi nariz, eran tres chicas que me saludaban sonriendo, me sonaban de vista... Creo que se hacen llamar, ¿A-Girls? ¿C-Girls?, o algo parecido.
- Tenemos algo que enseñarte, es sobre Jack y la becada - dijo la rubia.
Remé hasta el borde, salí de la piscina y me senté en una tumbona, las tres se pusieron a mi alrededor.
- Veamos, ¿qué tienes Barbie?
- Me llamo Ginger, y ellas son Sunny y Miranda.
- ¿Sabes que eso me da igual? ¿Y que en menos de 3 segundos olvidaré tu nombre? ¡Espabila que no tengo todo el día!
Me mostró su móvil, lo tomé con las dos manos, genial.... un vídeo.
Se miraba a Jack sentado en un banco con la plebeya tomándole de la mano. Sentí cómo el mundo se derrumbaba encima de mí. ¿Tan pronto había olvidado que yo era el dueño de su primer, y mi primer, beso?
- Es una cerda, ¡está jugando con el F4! - exclamó la que creo que se llama Sunny - Creo que llevan saliendo bastante tiempo...
- Menuda zorra, ¡hacerte esto a ti, Austin! - añadió Miranda, creo - Todas las mañanas se encuentran en esa zona del bosque, ¡obvio que salen! Además, no es lógico que Jack la hubiese defendido el otro día si no son nada…
- ¡Es una BITCH! - dijo la rubia, ya no recuerdo su nombre - Trama algo... ¡seguro! Va de santita, pero sus acciones son las de una víbora.
- Repite eso, ¡y te arranco el cuello! - le grité, ella llevó las manos al cuello asustada.
Me levanté con toda la rabia contenida y lancé el móvil con todas mis fuerzas contra el suelo haciéndolo añicos.
- OMG! ¡Era el último modelo! - las tres lloriquearon.

Samantha:
Sonó el timbre que indicaba el inicio del recreo, recogí rápidamente todos mis libros.
- Tierra llamando a Sam - dijo una dulce voz.
- ¡Hola Chelsea! Disculpa, no te había visto.
- Pues... estoy sentada seis sitios a tu izquierda. Bueno, ¿vamos al recreo?
- Em... Chelsea, me encantaría ir pero tengo que hacer otra cosa, ¿no te importa verdad?
- No, claro que no, ¡diviértete!
- Ok, gracias...
¿Divertirme? Sobre todo eso. Eché a correr hacia el bosque, Jack me tenía muy preocupada, es cierto que rara vez sonríe, pero lo de esta vez...
Llegué y no había nadie, ¿donde estaba? Ni idea. Agaché la cabeza, volvería con Chelsea y punto, pero me dí de bruces con alguien.
- ¡Disculpa! No estaba... - le miré a la cara - Bueno, lo que me faltaba...

Austin:
- ¿Decepcionada porque no soy yo a quién esperabas ver?.
- Claro, no estarías aquí sino fuera por algo. ¿Qué quieres?
- ¿Por? ¿No puedo venir? ¿Habéis convertido este lugar en vuestro nidito de amor? – puso lo ojos en blanco e intentó irse, la agarré fuertemente por el brazo -. ¿A dónde vas?
- No tengo nada que decirte, me voy a mi casa.
- Pues yo sí.
-¿Qué quieres? – intentó soltarse.
-Tengo algo que decirte –la agarré aún más fuerte.
-Suéltame y dímelo.
- Dejemos las cosas claras de una vez, lavandera - me puse a su altura - ¿Quién te crees que eres para jugar conmigo y el F4?.
-¿Quién juega con quién, eh? Ahora, ¡suéltame!
-No, aún no he acabado. Verás, he intentado ser amable contigo. ¿Te estás riendo de mí? No sé si lo sabes, pero no me gusta que me quiten lo que en un principio estaba hecho para mí. Llámame egoísta, pero lo mío es solo mío. Y… no me satisface dejarte ir así.
La agarré de la chaqueta e intenté acercar sus labios a los míos. Empezó a patalear e intentar defenderse.
- ¡Para! ¡No quiero besarte! - las lágrimas aparecieron en su cara y por una vez me sentí culpable.
- ¿Tanto me odias? - murmuré.
La solté y arrepentido me fui sin decir nada.

Samantha:
- ¡Hija, despierta que llegas tarde a clase! - mi madre levantó la persiana y me quitó las sábanas.
- ¡No voy! No quiero presenciar mi propia muerte - me volví a tapar.
- ¡Levántate ahora! - me destapó otra vez.
-¡No voy! ¡No puedo! ¡Antes nada en un río de agua helada! ¡No pienso volver a ése colegio!
- Mamá... - susurró mi hermano en la puerta.
- ¡Ahora no! ¡Intento levantar a la marmota de tu hermana!
- Pero... ¡hoy es Sábado! - gritó Frankie - Y traigo correo para Sam.
Me incorporé rápidamente, ¿para mí? Frankie me entregó el sobre y lo abrí bajo la fija mirada de mi madre.
- "Querida Sam: Estás invitada a mi #20 cumpleaños, se celebrará hoy a las 9 pm en el Times Square Hotel. Espero que aceptes esta invitación. Con cariño, Mackensie" - acabé  de leer y los dos estaban con la boca abierta.
- ¿Mackensie? ¿La famosa Mackensie? - tartamudeó Frankie.
- ¡¡Cariño!! - gritó mamá y en menos de 3 segundos apareció papá - ¡Necesitamos un vestido para nuestra niña!
- ¿Por? - le entregué la carta.
Papá me tomó de la mano y los cuatro bajamos a la tintorería a galope. Empezaron a buscar vestidos entre la ropa allí presente, pero o me quedaban enormes o eran de una época bastante lejana.
- No tenemos dinero ni para un mísero vestido - se lamentó mamá - ¡Todo es tu culpa! ¡Gastando el dinero en estúpidas carreras de caballos! ¡Y por encima apostando por los peores!
- ¿Qué? ¡Lo que me faltaba! - exclamó papá - ¿Quien se gasta el dinero en potingues? ¡Tú!
- ¡¡Callaros!! - gritó Frankie - Según las reglas, el hada madrina debe traerle los zapatos de cristal a ésta, ¿no?
Y como si fuese adivino, un hombre entro en nuestro establecimiento con una caja enorme en sus manos.
- Buenos días, ¿desea algo? - preguntó papá amablemente.
- Traigo una entrega para la señorita... - miró un papel – Samantha Gilbert.
- Claro es mi hija.
- De acuerdo firme aquí. Muchas gracias, ¡tengan un buen día!
Papá se nos acercó con la caja, la abrí con la emoción de una niña pequeña cuando abre los regalos de Santa Claus.
Me quedé maravillada, era un vestido negro con unos bordados en beige y unos tacones negros a juego, realmente precioso.
- ¡Tiene una nota! - Frankie carraspeó - "Tómalo como un regalo, ¡póntelo para mi fiesta! Con cariño: Mackensie"
- Oh, que maja - dijo papá.
- ¡Venga no perdamos tiempo, a prepararse! - exclamó mamá - ¡Mi niña se está mezclando con la alta sociedad!
Puse los ojos en blanco y lancé un largo suspiro.
- Mamá, son las 10 am y la fiesta a las 9 pm, ¡faltan 11 horas!
Pero no me hizo caso, nos arrastró a mi, el vestido y los zapatos al piso de arriba para prepararme.

* Olé! Capítulo nuevo, para mi opinión este quedó un poco soso, pero el próximo jeje si que trae cola...
Comentad porfa :)

domingo, 15 de agosto de 2010

Capítulo 3: El Terrible Primer Beso (Parte 1)

Canción: Lucky - Ashily (Drama Original)


Samantha:
"Esto... ¿es un sueño? Sí, seguramente. No quiero despertar, es cómo flotar en una nube. Conocer a tu ídola, llevar puesta su ropa y ahora bailar con el chico más increíble del mundo. Un príncipe de un cuento de hadas." 

Jack:
"Está preciosa, Mackensie siempre acierta. Es raro bailar una pieza tan lenta con otra que no sea Mackensie, es tan extraño, tengo que llevar yo el ritmo. Aunque estaría bien que Sam moviera sus pies en vez de pisarme, pero no se puede tener de todo en esta vida."

Samantha:
-Jack... -susurré.
-Dime.
-Muchas gracias por invitarme a bailar pero... creo que le toca a Mackensie bailar contigo.
-¿No quieres bailar más? - negué con la cabeza-. De acuerdo, te dejaré ir.
Sonreí y le dejé paso a Mackensie. Ahora ellos bailaban juntos, la pareja perfecta.
Necesitaba tomar algo de aire, así que, dejé la música y el alboroto de la sala para salir al jardín del hotel, era una noche cálida y agradable. Había una piscina enorme, dentro una persona intentaba de todas las formas posibles salir a flote, me acerqué corriendo:
-¡¿Austin?! - me saqué las sandalias rápidamente y me lancé al agua.

Eric:
-Esto es una mierda... Jack bailando con Mackensie y nosotros aquí de pie bebiendo champán... - me quejé. -¡Y que lo digas! No me extraña que Austin se haya largado- contestó Leo.
La puerta del salón se abrió bruscamente, apareciendo un chico que casi sin poder respirar dijo:
-¡Austin Jake Mcklaine, el líder del F4, ha caído en una piscina!
-¡¿Qué?!- exclamamos Leo y yo a la vez.
Buscamos rápidamente a Jack con la vista, éste soltó amablemente a Mackensie y los tres salimos corriendo a la vez, seguidos por el resto de la gente. Una chica se me acercó mientras corríamos, la conocía de vista y creo que se llamaba Ginger:
-¿Por qué tanto pánico?
-No sabe - contesté mientras seguíamos corriendo-. Si hay una cosa que Austin no sabe hacer, ¡es nadar! Llegamos a la piscina y todos nos paramos. Sam se nos había adelantado.

Samantha:
Y lo saqué del agua, aunque me costó un huevo y es comprensible, ¡el pesa más que yo!
Un montón de gente empezó a llegar y toda se reunió a nuestro alrededor.
-Austin... ¡despierta! - le di unas cachetadas en la cara - ¡Venga reacciona! ¡Abre los ojos!
Una idea algo trágica apareció en mi cabeza, ¿habría llegado demasiado tarde y estaba muerto? ¡No! ¡Imposible! y sin más reparo, le hice el boca a boca.
-1...2...3... - volví a darle aire - Vamos Austin, despierta...
Me acerqué a su boca para darle aire de vuelta, cuando me fije en sus ojos, estaban abiertos y el muy capullo sonreía. Me agarró de la cabeza, sacó morritos e intentó acercar mis labios a los suyos. Forcejeamos durante unos segundos pero yo conseguí zafarme. Me llevé las manos a la boca, ¿cómo…? ¿Sólo se hacía el muerto para conseguir besarme?. Él se incorporó lentamente con una sonrisilla triunfante y me miró, en plan "He ganado".
Me cabreé y sin más le solté un puñetazo en toda la cara. No dijo nada, ni un ridículo "¡Ay!"
-¡Eres el ser más asqueroso de todo el planeta! - me levanté, agarré los zapatos y me hice paso entre la multitud para largarme de allí.
En cuánto llegué a casa de la tía de Selena lo primero que hice fue ponerme el pijama y acto seguido lavarme los dientes. Frotaba fuertemente con el cepillo, mis labios posados sobre los de Austin… Desinfección urgente.
-¡Pedazo de imbécil!

Austin:
Fin del "viaje escolar". Viernes, 6 AM. Desayuno matutino antes de ir al colegio, con Peter y las sirvientas rodeándome, a la vez que leía el periódico. No podía estar de mejor humor. Lo había conseguido, además de ser guapo, rico y el líder del F4, tenía lo que ningún otro tío podría tener. El primer beso de Sam.
-¡Achís! - estornudé sonoramente, la sirvienta se asustó y vertió algo de café sobre la mesa.
-Disculpe Señorito, ahora mismo le prepararé otro café.
-¿Disculparte? ¿Por?
Todos me miraron extrañados. Ésta vez no había ni gritado, ni despedido a la muchacha. Pero mi buen humor me hacía parecer una persona completamente distinta.
-Parece que ha pillado un buen resfriado, señorito - dijo Peter - ¿Quiere que llamemos al doctor?
-¡Ni doctor ni leches! Estoy mejor que una rosa. Prepara el coche que tengo que ir a la escuela.
-¿Tan temprano? - me miró extrañado
-Nunca es lo bastante temprano para ir al colegio. ¿No conoces el dicho? El que madruga, Dios no lo arruga.
-Señorito, me temo decirle que es "El que madruga, Dios lo ayuda"- Peter no salía de su asombro-. No se preocupe, yo despediré a la sirvienta por usted.
-¿Por qué?
Me levanté, me acerqué a Peter y le dí una palmada en la espalda, él me miró asustado.
-Mi fiel Peter, ¿no estás siendo muy quisquilloso? Tómatelo con calma.
Un relámpago cayó haciendo un gran ruido y seguidamente empezó a llover a cántaros.
-¡Que día más maravilloso! – dije con una sonrisa enorme.

Samantha:
Viernes, vuelta al colegio, es un asco...
Viernes, volver a ver la cara de Austin después de lo que me hizo, más asqueroso aún...
Entré directamente en la piscina. Me puse el bañador tranquilamente, pero al posar la mano sobre el pomo para salir del cambiador, sentí una extraña textura sobre mi palma. La miré. Que asco. Alguien había puesto pegamento. ¿Quién podría haber sido?
-¿Quieres morir, Austin? – murmuré para mis adentros.
Me lavé las manos y comprobando que no había más trampas por el camino llegué a la piscina. Pero allí me aguardaba otra sorpresa. Abrí los ojos cómo platos:
-¿Patos en la piscina escolar? – tomé aire intentando calmarme, pero no pude-. Austin… ¡yo te mato!

Eric:
Leo y yo le dimos un sorbo al café. Y Austin soltó una de sus extrañas e inoportunas carcajadas. Ambos miramos a la televisión para descubrir que le hacía tanta gracia. Y allí estaba Sam, gritando cómo una loca y la piscina llena de patos.
-¿Nos hace madrugar tanto para esto? – dije a modo de queja.
-Es preocupante, es la primera vez que se esfuerza tanto en algo- contestó Leo.
-La cuestión es, ¿por qué tortura tanto a la estudiante nueva?
-Además, ella le salvó la vida.
 -No muerdas la mano de quién te alimenta – dije levantando la voz para que Austin pudiera escucharme-. ¿Aplicarías ese dicho a ésta situación?
-¿De qué habláis? – gritó Austin-. Es mi modo de darle las gracias. ¿Por qué le haría cosas tan aburridas a una plebeya cómo ella?
-Ya… pero a la gente normal no le hacen gracia esas “bromas”- hice comillas con los dedos.
-¡A callar! ¿Es que os toca a vosotros defenderla cuándo Jack no está?
-Cierto, ¿dónde está?
-Desde que volvimos de Philadelphia no sé qué pasó, pero está deprimido –contestó Leo-. Seguro que otra riña de enamorados, Mackensie es tan difícil de complacer…
-Ay, tantos rodeos – Austin se cruzó de brazos-. Si le gusta una tía debería ir y besarla, ¿tan complicado?
Leo y yo nos miramos extrañados. ¿qué rayos le ocurría a Austin?

Jack:
La nieve empezaba a caer lentamente del cielo. El frío me quemaba en la cara y las manos. Pero no podía hacer otra cosa que seguir tocado el violín en medio de aquel bosque de la escuela. Una melodía triste y deprimente se escapaba de las cuerdas. Hasta eso me hacía daño por dentro. Entonces una de las cuerdas del violín se rompió. Puse los ojos en blanco, tenía el violín roto… y el corazón. Lo posé sobre el banco que estaba a mis espaldas y me senté. Apoyé la cara entre las manos, ¿todo me iba a salir mal? Apareció ella, con su uniforme escolar y una cara también triste, Sam. Aparté la vista de sus ojos y miré hacia otro lado. Se agachó y me tomó la mano. La aparté bruscamente, pero ella la volvió a agarrar:
-Me iré en cuanto acabe – dijo mientras anudaba un pañuelo en mi dedo índice, no me había dado cuenta pero me lo había cortado con la cuerda del violín-. Tú siempre me estás ayudando, supongo que ahora es mi turno.
Se levantó lentamente y se fue. Esperé un rato y también me levanté. Estiré la mano para coger lo que quedaba de mi violín, seguía sobre el banco, pero resguardado de la nieve bajo un paraguas blanco. Tenía un nombre escrito: Samantha.
 Escondidas entre los arbustos, sin que nadie pudiera verlas. Sin que Austin las mandara hacer algo. Las tres BGirls habian grabado la escena con un teléfono móvil:
-¡No le basta con Austin que también quiere a Jack! – exclamó Ginger irritada-. Estás cavando tu propia tumba niñata.
-¡Vámonos ya! Sólo es una loba con piel de cordero… - continuó Sunny.
-Es el tipo de chica que no se rinde – Miranda cerró el puño-. Niñata estúpida… ¿qué vamos a hacer?
-¿Qué vamos a hacer? – replicó Ginger-. Enseñarle el vídeo a Austin, ya vereis la gracia que le va a hacer…

*En esta entrada nos hemos esmerado, ¿no? Imágenes incluídas^^ Por cierto, si aún no habéis escuchado la canción del capítulo de hoy, ¡no dudéis en hacerlo! En el drama es la canción de Sam^^ Estoy segura de que la comprenderéis mejor con "su canción" :)

viernes, 13 de agosto de 2010

Capítulo 2: Tú, Yo y Ése Tío (Parte 8 - Final)


Leo:
La fiesta siguió su ritmo normal, la música sonaba de vuelta y la gente volvía a bailar. Eric y yo seguíamos rodeados de chicas. Pero no tenía gracia, era cierta nuestra fama de Casanovas y rompecorazones. ¿Pero enrollarse con una chica a la cúal veríamos todos los días en la escuela? No, gracias. Nos acercamos a Austin, estaba tan callado y con una cara de desilusión que hasta llegaba a dar miedo. Serví tres copas de Champán. Eric tomó una, yo otra y la última se la ofrecí a Austin. La cogió de mala gana. Esto era raro. Eric decidió hablar para animar un poco a Austin:
-Éste Jack, siempre haciendo cosas tan raras...
Austin no dijo nada. Se bebió la copa de Champán de un trago y posó la copa vacía en la mesa con violencia. Jack apareció a nuestro lado. Tampoco dijo nada. Eric y yo nos miramos entre sí, que Jack casi no hablara era algo normal, pero por parte de Austin era preocupante. Austin dirigió su vista a Jack, cómo con fastidio y susurró algo muy bajito:
-¿Por qué tú sí y yo no?

Samantha:
Mackensie me había peinado, me había prestado uno de sus vestidos, rosa de lentejuelas, corto hasta las rodillas y en ese momento me estaba maquillando. Una fan ayudada por su ídola, dudaba si era todo real o un simple sueño. Mackensie me empezó a hablar, resultaba aún más simpática que por la televisión:
-Aún no me has dicho tu nombre.
-Cierto... disculpa. Me llamo Samantha Gilbert pero llámame Sam.
-De acuerdo, Sam - sonrió-. Casi he terminado. Entonces, eres amiga de los chicos, ¿no? Considérame tu amiga, los amigos de Jack también son mis amigos.
-Bueno... amigos, amigos...
-He visto cómo Jack te acaba de proteger en la fiesta, claro que sois amigos.
-No... eso fue cortesía por su parte.
-Todo lo que hace Jack lo hace guiándose por sus sentimientos, alégrate eres alguien muy especial para él.
Me ruboricé ligeramente. Era imposible que alguien cómo yo le interesase a alguien cómo Jack, y sobre todo si su primer amor era alguien cómo Mackensie. Imposible.
-He escuchado que Austin te ha estado molestando - dijo cambiando de tema-. Austin no es tan mala persona, actúa así porque está solo.
-¿Austin solo? ¡Venga ya...!
-No te miento, Sam. Austin esconde su soledad en la violencia. Está con sus padres un mes al año y su única hermana vive en el extranjero, para él su única familia es el F4 y Peter, el mayordomo. Desde que nació ha sido tratado cómo un heredero, ¿tienes idea de cómo puede sentirse?
-Pues, la verdad es que... no.
Mackensie se levantó de la silla y posó el maletín de maquillaje sobre la cama. Yo también me puse en pie. Rebuscó en un armario y sacó unas sandalias rosas de tacon con unos brillantes. Se arrodilló ante mí y me ayudó a ponérmelos:
-Mackensie, ¡son preciosas!
-Dicen que los zapatos son los mejores amigos de la mujer - se incorporó -. Los zapatos más hermosos te llevan a los lugares más hermosos. Vamos, una fiesta nos espera.
Mackensie me tomó de la mano y ambas salimos juntas de la habitación.

Austin:
Me serví un pedazo de tarta en un plato. Estaba a punto de dar el primer bocado cuándo Eric y Leo abrieron los ojos cómo platos y Jack, se levantó de dónde estaba sentado. Eric y Leo empezaron a hablar entre sí:
-Tío, ¿ésa es...? - tartamudeó Leo.
-Sí, toda ella. Samantha.
Ni que fueran tan increíble, me giré para poder ver aquello que tanto les asombraba. Y allí estaba ella con Mackensie. Peinada, maquillada, con un vestido rosa... El plato que había en mis manos cayó al suelo. ¿En serio era ella? Mackensie se acercó a nosotros dejando a Sam sola. Se puso entre Jack y yo:
-No es gentil que un caballero ignore a una bella dama, ve a bailar con ella.
Sonreí, pensé que Mackensie hablaba conmigo, pero no era así. Le dio un suave empujón a Jack. Éste se acercó a Sam y le tendió su mano invitándola a bailar. Al principio parecía dudar un poco, pero tomó la mano de Jack. Mackensie sonrió satisfecha. Yo sentí una extraña sensación en mi cuerpo, cómo una cosa a la que la gente suele llamar "celos". ¿Por qué Jack sí y yo no? No podía aguantarlo más, Jack y Sam bailando. No me lo pensé dos veces y salí a la piscina del hotel. Di una patada al aire intentando liberarme de toda la furia. Luego me senté en una de las tumbonas. ¿Por qué Jack? ¿No era yo mejor? Más alto, más rico, el líder del F4... Un bicho se posó cerca de mí. Me levanté de un salto y grité cómo un poseso, los bichos me daban real pánico. Sin darme cuenta caí dentro de la piscina. Y yo, no sabía nadar...







Adelantos Capítulo 3: El Terrible Primer Beso.

Austin: Ey, borracha, ¡despierta! ¡Mujer reacciona!
Sam: Sí... soy una mujer... Te voy a agradecer todo lo que has hecho por mí, ¡hip!

Ginger: Obvio que están saliendo, ¿por qué Jack la defendería tanto?
Sunny: Ésa idiota va de santita, pero es peor que una serpiente venenosa.
Austin: Repite eso y te parto el cuello.

Mackensie: Me voy, y no creo que vuelva. Desde un principio he sabido que eras la indicada.
Sam: Pero Jack... él se va a hundir.

Eric: Samantha, arreglada eres la más bonita de la fiesta.
Leo: Estoy de acuerdo.
Austin: Aunque la mona se vista de seda mona se queda.

Sam: (llorando) Yo no quiero que sufras, y siento que sufres hasta el límite.
Jack: ¿Quién te ha mandado, eh? ¡No necesito tu ayuda! Es vergonzoso... piérdete.

*Wiii, el lunes estrenamos nuevo capítuloo^^ Desvelamos la incóginta, es Sam, Yo es Austin y Ése Tío es Jack. ¿Alguien ha acertado? :)
Por cieerto, ¡10 comentarios en la entrada anterior! Gracias de verdad, nos arrodillamos ante vosotros xD
Y el resultado de la encuesta: ¿Cuál es tu F4 favorito?, ha quedado así:
1º Jack con 33 votos (52%)
2º Austin con 14 votos (22%)
3º Eric con 8 votos (12%)
4º Sam con 5 votos (7%); eso que no forma parte del F4 xD
5º Leo con 3 votos (4%)
Lo dicho, que el favorito es Jack, ya que alcanzó más de la mitad de los voto él solito. Es que, ¿a quién no le gusta un príncipe de cuanto de hadas?

miércoles, 11 de agosto de 2010

Capítulo 2: Tú, Yo y Ése Tío (Parte 7)

Canción:  If We Ever Meet Again - Katy Perry ft. Timbaland


Samantha:
Ya se había hecho de noche. Selena y yo dejamos el bote en el puerto y subimos las escaleras de piedra mojadas y titiritando por culpa del idiota de Austin. Aún así la pesadilla no quería terminar, allí estaban todos los alumnos con sus maletas. Un todoterreno blanco aparcó y de la parte trasera salió Jack, detrás suya una chica, rubia, de ojos azules, ¡no podía ser cierto!
-Sam, esa... - dijo Selena balbuceando-. ¡¿ Ésa chica es Mackensie?!
-Sí, ella es... ¡Dios mío!
Mackensie salió del coche y abrazó a cada miembro del F4. Austin, Leo y por último a Eric. Agarré a Selena por el brazo, para largarnos de allí antes de que alguien me reconociera:
-Ey, lavandera - era Austin, estaba quieto ante mis narices.
Hace unos segundos estaba en la otra esquina... ¿tan rápido era? ¿O simplemente hacía una mala parodia de Edward Cullen?
-¡¿Y ahora qué?!
-Sinceramente, te encanta encontrarme en un lugar así, ¿verdad?-Dijo con la cabeza alta-. Seguro que te estabas aburriendo en ese bote maloliente con ésta-Señaló a Selena.
-Para tu información "ésta" es mi mejor amiga, así que la respectas. Y segundo, ¡estaba la mar de contenta hasta que apareciste!
-Venga, no te pongas así. Nunca repito lo mismo dos veces, pero haré una excepción. Estás invitada, aún formas parte de mi escuela.
Se dio media vuelta para largarse, pero no iba a quedarme con la palabra en la boca:
-No sé a dónde me invitas, ¡pero no tengo ni la más mínima intención de asistir!
Jack se acercó a mí y sonrió:
-Es una fiesta de bienvenida para Mackensie, será divertido. Vendrás, ¿a que sí?
Austin me miró fijamente esperando mi respuesta. Jack todavía sonreía dulcemente.
-Sí... cla... claro... - contesté embobada.
Jack volvió a alejarse y desapareció junto con Mackensie. Austin me dirigió una última mirada decepcionada, apretó la mandíbula y también se fue.
-¡Sam irás a una fiesta de Mackensie! ¡Nuestra ídola! - dijo Selena emocionada.
-Soy boba... ¿cómo puedo decirle a uno no y al otro sí?
-Darling! - una voz fresa chilló.
Y ahí estaban las tres bobas girls, delante mía y sonriendo falsamente. Me adelanté a hablar:
-Ya sé lo que vais a decir, pero yo tampoco tengo ganas de ir...
-Venga - dijo Ginger suplicante, para mi asombro-, Jack y Austin te han invitado, ¿cómo no vas a venir?
-Nos rendimos, es inútil hacerte daño si el F4 te adora- Siguió Miranda.
-Así que ésta vez te ayudaremos- Sunny se acercó a mi oído-. Han olvidado avisarte de una cosa muy importante...

El coche de la tía de Selena aparcó delante del hotel dónde se celebraba la fiesta. Las dos salimos del coche y yo agarré más fuerte la cazadora para que no se pudiera ver nada de mi atuendo:
-Selena, ¿en serio que el traje está bien?
-Que si, pesada. ¡Te sienta a las mil maravillas!
-Pero... es tan vergonzoso...
Selena tomó aire y apoyó sus manos en mis hombros.
-En cuánto entres ya verás que siempre hay un traje peor que el tuyo, ¡tú puedes!
-Selena, yo me largo...
Caminé hasta la entrada del gran hotel. Selena gritó a mis espaldas:
-¡El amor es sólo para los valientes!
Le sonreí y entré en el hotel. Aquello si que era lujo, aún así no superaba la gran mansión de Austin. Caminé hasta la sala y dos hombres abrieron la enorme puerta gentilmente. Abrí los ojos cómo platos, ¿era... una fiesta elegante? Agarré de vuelta mi cazadora y di vuelta para volver a casa. Pero a lo lejos se acercaba Austin. Tampoco podía cruzarme con él. Entré en la sala y me escondí tras una mesa. Ojalá nadie pudiera encontrarme. Si que era estúpida, ¿por qué le había hecho caso a las tres arpías? ¿Fiesta de disfraces? Y un cuerno...
-Crazy! - exclamó Ginger con una sonrisilla-. You're late, ¿lo sabes?
-Llevamos un montón de tiempo buscándote, ¿por qué te escondes?-dijo Sunny.
-Venga, quítate la cazadora, quiero ver tu modelito- rió Miranda.
-No, aún arrastro el frío.
-C'mon, ¿tan fino es? - preguntó Ginger-. La verdad es que los últimos estaban muy vistos, pero era preciosos.
-Chicas, ¡quitémosle la chaqueta! - exclamó Miranda.
-¡No!
-Yeah!
Y empezaron a forcejear. Señalé detrás de ellas y cómo moscas miraron hacia atrás. Empecé a correr para escapar de sus garras pero Sunny fue más rápida y tiró de mi chaqueta quitándomela, tropecé, rodé encima de la comida y caí al suelo. Se hizo el silencio. Todos me miraban. Eric y Leo que estaban rodeados de chicas me miraron sin poder creérselo. Jack que hablaba con Mackensie miró a las pijas enfadado. Y Austin me miraba con preocupación. Ginger me señaló:
-Oh... My... God! ¿Disfraz de Mujer Maravilla? - la sala entera lanzó una carcajada-. Que te bautizaran así en Internet no quiere decir que lo seas.
-Pobre, no sabe diferenciar la realidad de la ficción - me despreció Sunny.
-Quizás a la plebe le guste hacer estas cosas para llamar la atención - dijo Miranda-. Niñata, no nos llegas ni a la suela del zapato.
Tenía unas ganas tremendas de llorar, pero no les iba a dar ésa satisfacción. Sentí una mano en mi hombro derecho. Era Jack, acuclillado a mi lado dándome todo su apoyo. Se quitó su chaqueta blanca y la posó sobre mis hombros. Por el otro lado, una mano intentaba sacar las restos de comida de mi traje. La miré, ella, Mackensie. Se levantó y miró enfadada a ellas:
-Ya sé porque le hacéis quedar en ridículo, ¿no sabéis que de esta manera solo demostráis lo bajo que caéis vosotras y no ella?
Sunny, Miranda y Ginger miraron al suelo avergonzadas.
-Jack, por favor acompáñala a mi habitación.
Jack asintió y me ayudó a levantarme. Todos los presentes empezaron a cuchichear entre sí. Jack me llevó hasta la suitte de Mackensie y me invitó a sentarme en una silla.
-Mackensie, te ayudará. Ella es genial.
Abrió la puerta y desapareció de la habitación, dejándome sola y a la espera de Mackensie, sí, mi ídola

lunes, 9 de agosto de 2010

Capítulo 2: Tú, Yo y Ése Tío (Parte 6)


Samantha:
Le pasé un paño mojado a una de las mesas de la bocatería y corrí hacia otra para limpiarla. Selena y Mike me siguieron, Mike probando su nueva adquisición por Ebay, un raro aparato para escuchar conversaciones ajenas y Selena sin parar de hacerme preguntas:
-¡12000$! ¡Eso es un pastón! ¿Van a ir todos?
-Todos menos yo...
-¡Al sur! Seguro que tenéis pensado iros al sur de vacaciones - Mike seguía con su raro aparato.
-¡Que sur ni que leches! - le gritó Selena-. Y tú, ¿cómo que no vas?
-Es que... ¡mi padre ha vuelto a apostar por el peor caballo! Mi familia está otra vez en bancarrota.
-¿Y que vas a hacer durante un mes?
-Trabajar duro y... ganar dinero.
-¡Os vais a Philadelphia!
-¡Mike cierra el pico! Jo, ojalá existiera alguna forma de pasarlo bien sin gastar nada...
El móvil de Selena empezó a sonar. Levantó la tapa y contestó:
-¿Mamá? ¿A dónde? ¡En serio! ¡Genial!, ¿puede venir Sam? ¡¿Sí?! ¡Gracias, gracias! - colgó y sonrió ampliamente-. ¡Nos vamos a casa de mi tía en Philadelphia! ¡Y te vienes conmigo!
Nos abrazamos y empezamos a dar saltitos eufóricas.
-¡Que os dije! ¡Os largáis y me dejáis sólo con la bocatería! - se quejó Mike.

Eric:
Toda la escuela esperaba impaciente en el aeropuerto la salida a Europa. Jack y Austin no paraban de dar vueltas mientras Leo y yo los observábamos en silencio.
-Oh My God! ¡Míralos que guapos están el F4! - dijo una chica mientras nos miraba.
-¡Pero el mejor es Austin!
Leo y yo pusimos los ojos en blanco.
-Austin, ¿esperas a alguien?-pregunté.
-No, ¿por? Hago ejercicio antes de un vuelo largo, nada más...
Siguieron dando vueltas.
-Pues, podíais estaros quietecitos- se quejó Leo, pero Jack y Leo siguieron dando vueltas.
-Por cierto, Austin, ¿por qué esta vez te has empeñado en compartir avión con el resto de la escuela y no has cogido tu jet privado cómo siempre?
-Había pensado que sufrir la tortura de compartir avión sería una bonita experiencia escolar para el F4, ¿a que si Jack?
-¿Ah? Sí, sí... eso...
Los megáfonos anunciaron que ya era hora de embarcar. Todos cogimos nuestras maletas. Austin dio un último vistazo, aunque lo negara se notaba a millas que buscaba a alguien. Y Jack tomó un camino diferente al nuestro.

Jack:
Caminé hasta la zona de llegadas. Y allí estaban de vuelta los pósters de Mackensie. Unos adolescentes de unos 13 años se arremolinaron sobre ellos:
-Joder, que tía más guapa, ¡que ojazos!
-Y su piel tan perfecta...
Ignorantes, ni siquiera la conocían cómo para hablar así de ella.
Entonces las puertas se abrieron y apareció Mackensie. Me sonrió a lo lejos y se acercó hacia dónde yo la esperaba. Pero unos fans cortaron su paso, ella accedió a firmar autógrafos. En cuánto quedó libre se acercó a mí corriendo. Nos fundimos en un largo y tierno abrazo, realmente la extrañaba después de tantos meses. Nos separamos y tomé su maleta.
-¿Todo bien? - preguntó sonriendo, cómo siempre.
Asentí sonriendo. Nos encaminamos para salir de allí. Señalé uno de sus pósters.
-Odio esa foto - me propinó un suave golpe en el hombro-. Es cierto, jamás te mentiría.

Austin:
Volví a mirar mi reloj. Ya estábamos todos en el avión y la lavandera aún no había llegado. ¿No tenía pensado venir? Repiqueteé nervioso con los dedos en el asiento de cuero. Me sentía tan... Fustrado, no, furustado... como se diga.
Cogí mi móvil, único en Estados Unidos, Haptic PoP, sólo disponible en el mercado oriental. Sólo nosotros, el F4 poseíamos aquel perfecto teléfono táctil. Deslicé el dedo por la pantalla buscando el número de Robert, el secretario de mi madre, la Presidenta del Grupo Mcklaine:
-¿Robert?
-Disculpe Señorito- aparté el móvil de mi oreja y miré hacia la azafata-, no se permite el uso de teléfonos a bordo.
La ignoré, ¿quién se creía que era para darme órdenes a mí?
-¿Dónde coño se ha metido esa mala hierba? ¡¿Philadelphia?! ¡Será...! Escuchame, cambio de última hora, el viaje escolar a Europa se cancela por... un viaje a Philadelphia.

Samantha:
"Al mar fuimos a pescar, y una cesta vamos a llenar/recoger..."
Selena y yo cantábamos la canción subidas a un viejo bote mientras pescábamos con unas cañas, o mejor dicho, pasábamos el tiempo. Era cierto que hacía un frío que pelaba en Philadelphia, pero el hecho de estar de vacaciones y con mi mejor amiga me hacía la más feliz del mundo.
-¿No era llenar? - pregunté entre risas.
-No, era recoger.
"¡Plebeya!"
Miré a todas partes, pero ni idea de dónde provenía aquella voz que sonaba exacto a la de Austin.
-Selena, ¿lo has escuchado?
-¿Lo qué?
-La voz de ese idiota - Selena negó con la cabeza-. Genial, ahora tengo su irritante voz en mi cabecita... me debo de estar volviendo loca.
"¡Lavandera!"
-Uy, ahora si que he escuchado algo...-dijo Selena.
Una enorme bocina sonó demasiado cerca.
-¡Mala hierba! ¡Aquí detrás!
Selena y yo nos giramos. Joder, no me podía estar pasando... Austin en un enorme crucero rodeado de todos los alumnos que iban al viaje. Tenía un megáfono en la mano gracias al cuál nos hablaba.
-¡Tú! - le grité-. ¡Qué demonios hacéis aquí! ¿No deberíais estar en Europa?
-Sí, pero vamos yodos los años y... era algo aburrido, así que decidimos venir aquí, ¿casualidad, eh?
-¡Pues ya puedes irte y dejarnos tranquilas!
-Aún perteneces a esta escuela, estás invitada, ¿quieres subir?
-¡No!
-¿Estás segura? ¿No os ahogaréis en ese barquito de papel?
-¡Será pequeño pero es mi barco! Ahora, ¡piérdete!
-Vale, si así lo prefieres.
Su enorme crucero arrancó, pasó tan tan cerca de nuestro bote que nos llenó completamente de agua.
-¡Qué haces, cabronazo!
Austin simplemente se rió. ¿Estaba llevando a cabo su juego sucio fuera de la escuela? O peor... ¿su nueva estrategia era estropearme las vacaciones?

*Gracias por vuestros comments chicas!! Y muchas gracias por habernos votado en el concurso de relatos, ¡no estáis haciendo ganar! Y sobre todo gracias a: Helen, Naddu, Gisell, Soljade, Lina, Alejandra y Mapita. De verdad, muchas gracias por dejar siempre vuestra huella en cada entrada :) Mapita, tu super-mega-largo comentario me ha calado en el corazón xD Te prometemos que llegaremos al último capítulo (aunque nuestros padres nos castiguen ^^ contra viento y marea!! jaja)
Por cierto, vamos a poner a veces dibujos en las entradas para que os sea más fácil de imaginar la escena, ¿que decís?
Gracias^^

viernes, 6 de agosto de 2010

Capítulo 2: Tú, Yo y Ése Tío (Parte 5)

Canción: 7 Things - Miley Cyrus


Samantha:
Tenía que devolverle las zapatillas deportivas a Jack. Colgaban de mi mano dentro de una bolsa mientras caminaba al bosque pensando que allí me lo encontraría una mañana más tocando su violín. Pero allí no había nadie. Intenté probar suerte en la azotea, pero también estaba vacía. No me quedaba otro remedio que entrar en la sala privada del F4. Caminé hacia allí sin ganas, solo pensar en que Austin podría estar allí me ponía de los nervios. Una vez más la sala estaba vacía, me puse a curiosear. Tenían de todo en aquel lugar: televisión, sofás, minibar...
-Vaya, mira quién tenemos aquí. La enemiga número 1 de Austin.
Me dí la vuelta y Eric y Leo me observaban. Leo decidió romper el silencio:
-Si buscas a Austin, todavía no ha llegado.
-¿Por qué querría ver yo a ese idiota, eh?
Eric señaló la bolsa transparente que colgaba de mis manos:
-¿Esas zapatillas deportivas no son de Jack?
-Sí, yo... ¿podéis dárselas de mi parte? - Eric tomó la bolsa y sonrió-. Muchas gracias.
Caminé hacia la puerta, la voz de Leo me interrumpió:
-Quédate a tomar un café con nosotros.
-Yo, ¿por qué debería...?
-Es nuestro agradecimiento, hacía tiempo que venir a este lugar no era tan divertido - continuó Eric-. Tampoco habíamos visto a Austin esforzarse tanto en hundir a alguien.
Y no sé cómo ni porqué me quedé con ellos. Al poco rato estábamos sentados en los sofás, tomando el prometido café y hablando cómo si nos conociésemos de toda la vida:
-¿En serio le dijiste eso a Austin? - preguntó Eric maravillado, asentí-. Tienes agallas.
-¡Mirad! ¿Ésa no es Mackensie? - Leo señaló la televisión.
Eric y yo miramos hacia allí. Otra vez la propaganda dónde la famosa Mackensie era la protagonista. Ellos siguieron hablando cómo si nada:
-Falta poco para que Mackensie vuelva, ¿no?-Leo dió un sorbo al café-. Jack debe de estar muy contento.
Me sentí incómoda. Eric se dió cuenta:
-Parece que quieres preguntarnos algo, adelante no te cortes.
-Oh, vale. Em... ¿Jack y la modelo Mackensie son conocidos?
-¿Conocidos?-dijeron a la vez, Eric continuó-. Es una historia algo larga, ¿tienes tiempo?
Asentí. Leo tomó el relevo:
-Supongo que a estas alturas habrás buscado información sobre nosotros en Internet.
-En realidad, fue mi hermano el que os buscó en Google.
-Da igual-prosiguió Eric-, a los cinco años Jack tuvo un accidente automovilístico con sus padres, sólo él sobrevivió. El quedarse sólo en el mundo lo hizo encerrarse en sí mismo. Entró en un estado de autismo, por eso es tan callado y pacible. Todos intentamos ayudarlo pero solamente una persona pudo hacerlo sentirse de cierta manera vivo otra vez, y ésa fue Mackensie.
-Para nosotros Mackensie es nuestra hermana pero para Jack es una amiga, una madre y su primer amor.

Dicen que la cena es una de las comidas más importantes del día, porque las familias cenan juntas y comentan lo que han echo el resto del día y mi casa no era una excepción. Le dí un mordisco a mi hamburguesa y en la televisión volvió a salir la propaganda de Mackensie.
-Dios mío, que chica más guapa - dijo mi madre.
-Hermanita, esa es la famosa modelo Mackensie, ¿a que sí?
-Dicen que se sacó una carrera de abogada, será guapa, ¡pero también lista! - exclamó mi padre.
-¿Qué creeis que será ahora? -preguntó mamá.
-¡Abogada! Se sacó una carrera muy difícil- contesto papá.
-Pues yo la prefiero de modelo, ¡está buenísima!
-Aish... desde luego, ¡que ingenuos sois los hombres! - mamá miró hacia papá y Frankie-. Mientras es joven será modelo y cuando pasen unos años abogada. Aún así es una injusticia, unos son guapos, listos y de buena cuna - clavó su vista en mí-, en cambio otros...
-Pero no digas eso, ¡Sam tiene unos hombros bien anchos! - dijo papá en mi defensa.
Me levanté de la mesa y me encerré en mi habitación. No tenía ganas de aguantar a mi madre y sus locuras con las dietas. Me senté en el escritorio, abrí el cajón y saqué el pañuelo de seda de Jack. Lo observé durante un rato, J.A, las letras bordadas. Y fantaseando cómo cualquier otra adolescente escribí sobre mi libreta aquellas iniciales y las mías, encerrándolas dentro de un corazón.

Al día siguiente tocaba clase de Gimnasia a primera hora. Las chicas jugábamos al volleyball y los chicos al baloncesto. Y como no, allí estaba el F4. Tampoco utilizaban el chandal escolar. Pero quizás eso era lo que menos me preocupaba en ese momento. No podía apartar mi vista de Jack. "Ella es como su amiga, su madre y su primer amor". Su primer amor...
-Crazy! ¡Plebeya! - gritó Sunny sacándome de mis pensamientos-. ¡Bola va!
Me lanzó la pelota fuertemente. No tuve tiempo de reaccionar y impactó en mi cara tirándome al suelo. Todas las chicas se rieron.
-OMG! ¡Que asco, le sangra la nariz! - dijo Miranda con desprecio.
Me llevé la mano a la nariz, cierto, sangraba. Corrí al baño para echarme agua.

Austin:
Me quedé mirando serio hacia las chicas. Y por un momento sentí compasión de Sam. Abandoné el partido y me acerqué al baño de las chicas. Miré por la ventana y allí estaba ella. Me puse en la puerta y carraspeé. Sam, parecía no darse cuenta o que me estaba ignorando. Me acerqué a ella y saqué un pañuelo de mi bolsillo:
-Anda, déjame que te ayude.
Apartó mi mano de un golpe y cerró el grifo. Me miró con odio:
-¿Alguien pidió tu ayuda?
-¿Eso dices a quien se compadece de tí y viene a ayudarte?
Rió sarcástica:
-Aunque fueras la última persona en la faz de la tierra, ¡no aceptaría tu ayuda!. Prefiero morir antes que estar en duda contigo, Austin.
-Venga, no te pongas así - dije intentando calmar el ambiente-. No llores, no te pega.
-¿Ahora tengo que pedirte permiso para llorar? Además, ¿no eras tú el que disfruta viéndome sufrir y llorar?
Me empujó e intentó irse. La agarré del brazo y la puse enfrente mía. Se soltó bruscamente.
-Oye, ¿que es lo que no te gusta de mí?- pregunté-. Soy guapo, alto, inteligente y estoy forrado de dinero. ¿Cómo puedes odiarme?
-Parece que aún no lo pillas, no me gusta nada de tí. ¡Nada!
-¿Tú te drogas o algo por el estilo?
-Muy bien, te lo repetiré una vez más. ¡Odio todo de tí! Es de mal gusto veros andar por los pasillos con vuestros modelitos y esos aires de superioridad, cómo te divierte meterte con los demás, tus tarjetas rojas, lo egocéntrico que eres, creerte el mejor y que eres superior, y lo peor de todo tu enorme desconsideración. ¡Y tu estúpido pelo rizo!
Se largó dejándome con la palabra en la boca. Lancé una sonrisa nerviosa. ¡Todo el mundo me adoraba por todo eso! Y mi pelo... el más envidiado de toda USA...
Las horas parecían no querer pasar. Pero llegó la tarde y con ella mi entrenamiento en el equipo de fútbol del Waldcorf. Liberé toda mi rabia llevándome a todos por delante, aún así me sentía mal por dentro. Una ducha de agua fría y volver a casa. Pero mientras caminaba por los pasillos algo llamó mi atención. Dos encargados del mantenimiento de la escuela acababan de colocar un cartel:
"Viaje por Europa para los alumnos de Primero y Segundo de Bachiller.
Duración de un mes. Precio de 12000$."
Sonreí. Genial, viaje escolar de mi curso y el de Sam. Y tenía la idea perfecta.

*Austin da miedo con su "idea perfecta", no? Después de leer todos vuestros comentarios caemos en la cuenta de todas sois cómo Sam, anti-Austin xDD Por eso vamos a poner otra encuesta, ¿Cuál es tu F4 favorito?. Votad^^
Por cierto hemos participado en un concurso de relatos, y os pediríamos el favor de que si os gusta nos votarais :) Las votaciones empiezan hoy, así que supongo que Marina los pondrá a lo largo del día. Pero mientras tanto podréis leer nuestro relato AQUÍ. Gracias por todo :D