sábado, 28 de mayo de 2011

Capítulo 9: ¿Lo Sabías? (Parte 4)

Samantha:
-No he podido hablar con él...- Selena se apoyó en la barra de la bocatería-, e ignora mis mensajes.
-Lo siento, Selena. No sé qué decir- di una palmada en el aire-. ¡Ya sé! Le diré a Austin...
-No, no creo que Austin actuara así sin ninguna razón.
-¿Qué quieres decir?
-Ese día, Paul cometió muchos errores… pero Austin siguió intentado reprimir su cólera, hasta que no pudo más. Debe haber alguna razón.
-¿Qué razón? ¿Has visto alguna vez a ese idiota actuar con dos dedos de frente? Siempre lo quiere todo a su manera. Austin, haría eso y más. Sólo espera.
-¿Qué vas a hacer?
-Voy a lograr sacarle una disculpa. Como me llamo Samantha voy a conseguir que venga a pedirte perdón.

Leo:
Se escuchó un gran portazo en la sala privada de casa de Austin y los cuatro miramos hacia la puerta. Austin puso los ojos en blanco y se recostó en su sillón. Sam se acercó dando grandes zancadas.
-Samantha. ¿Para qué estás aquí?- pregunté al ver que nadie saludaba.
-Por favor dile que estoy aquí porque tengo algo que decirle.
-Está justo a tu lado- tomé aire y miré a Austin-. Tío, Sam dice que...
-Dile que no tengo nada que decir- me cortó Austin-, así que puede hacer lo que quiera.
-Sam, dice Austin que...

-¿Podrías por favor preguntarle que cuál es esa ley…- Sam miró a Austin enfadada-. para golpear a alguien sin ninguna razón y no disculparse?
-Tío, ¿ya la has cagado otra vez?- preguntó Eric.
-Ahora, algo de una ley...- repetí.
-Dile que es un desperdicio usar el puño con una basura como ese tal Paul.
-Dice que es un desperdicio. De verdad… ¿hasta cuándo tengo que hacer esto?- me quejé.
-Oye, ¿qué os pasa?- volvió a preguntarles Eric.
-Por favor dile claramente que ésta es mi última advertencia- Sam se puso seria-. Gracias a su alto y todopoderoso puño, mi amiga está llorando. Que si no se disculpa, de verdad se habrá acabado.
-Debería estarme agradecida por deshacerme de un pedazo de basura como ese tío...- susurró Austin-. ¿Una disculpa? Dile que no lo haré ni muerto y que haga lo que le dé la gana.
-Está bien, lo entiendo Austin- Sam se cruzó de  brazos-. Fue demasiado de mi
parte esperar a que encajaras con alguien de baja clase como Selena, Paul y yo. Pero no entiendo por qué la inocente Selena tiene que pagar las consecuencias de tus acciones. Austin, a partir de ahora no nos conocemos- miró hacia el resto-. Chicos, perdonad la interrupción. Ya me voy.
Sam salió por dónde había entrado, eso si, sin portazo esta vez.
-¿No vas a salir?- preguntó Jack a Austin-. ¿Vas a dejarla ir?

Samantha:
Salí de la piscina escolar con el pelo algo mojado. Estornudé con fuerza y me senté sobre las escaleras.
-¿Ves? Te dije que te resfriarías- Jack estaba apoyado contra la pared.
-¿Cómo sabías que estaba aquí?
-Nadas cuando te sientes afligida y ocurrió algo angustioso. Así que… estarás en la piscina. ¿Es duro?
-Si vas a decir algo sobre Austin, no quiero hablar sobre eso.
-¿Dije que hablaría de Austin?
-Si me hiciera algo malo a mí, se acabaría después de que me gritara… pero por Selena, no puedo. Ella intentó ayudarnos.
-Estamos hablando de Austin, ¿verdad?
-¿Puedes responderme? ¡De todos modos, no puedo perdonarlo fácilmente esta vez! Si las cosas acaban para Selena, ¿cómo puedo salir con Austin?
-Dijiste que no íbamos a hablar de él pero sigues haciéndolo- me recordó, estornudé de vuelta-. Esperaba que no lo necesitaras, pero lo necesitas. Si no te secas el pelo después de nadar, te resfriarás- Jack me entregó una medicina para el resfriado-. Alguien que conozco, últimamente hace eso día tras día. Así que…- estornudé otra vez-. ¿Ves?
-Jack, yo...
-¿No estás agradecida?- asentí lentamente-. Entonces hazme caso, un chico, no hace algo sólo porque sí, en frente de la chica que le gusta. Siempre hay una razón.
-¿Qué?
- Te lo digo por experiencia, así que está bien si le crees. Yo tengo que irme
Lo pensé un rato, si ese chico no aparecía y con Austin no podía contar, solo me quedaba ir nosotras a su encuentro.
-Vamos- agarré a Selena por el brazo corriendo entre la gente que pasaba por la calle.
-Sam, estoy asustada.
-¿Vas a seguir esperando a un chico que no te ha llamado en varios días? Vamos.
¿No dijiste que el club donde trabaja Paul está por aquí?
Y de un local que había en la calle salió Paul... abrazado de una chica.
-Paul...- susurró Selena.
Nos escondimos en un portal y escuchamos su conversación:
-¿Conoces la chica de bachiller que veía sólo para divertirme?- dijo Paul-. Tuve una doble cita con ella, y el novio de la amiga
era un ricachón.
-¿Ricachón? Deberías habérmelo presentado.
-Bah, olvídalo. Tiene mucho dinero, pero
su gusto con las chicas es pésimo. La novia no parecía de bachiller y tenía el cuerpo de una de primaria. ¿Sabes lo desharrapadas que iban? Son camareras.
-¿Camareras? ¿De qué club?
-No es eso, trabajan a media jornada en una bocatería.
-¿Qué? ¿Pero es novia de un rico? ¿Es bonita?
-Bonito mi culo. Entonces cuando le dije que le presentaría a una chica caliente como tú, me pegó.
"-¿Yo? Estoy en la pista de patinaje. ¿Qué quieres decir? Estoy un poco ocupado
jugando con un par de niñitas. ¿Qué? ¿De verdad? Si, está bien. Espérame- colgué el móvil-. Austin, vamos a hablar como verdaderos hombres. ¿Esa Samantha o mala hierba? ¿Es una chica de verdad? ¿Te está chantajeando o algo por el estilo?
-¿Qué?
-¿Puede ser que la Srta. Mala Hierba tenga un poco de dinero? Viéndote, creo que las llevas de perder- apoyé mi mano en su hombro-. ¿Por qué no acabamos con esto y vamos a un club? Si vamos allí, podemos encontrar tías buenas que no se comparan con estas apestosas… - fue ahí cuando me propinó el primer puñetazo-. ¿Qué pasa contigo?
-Si llamas a mi novia Mala Hierba…- me empujó contra el suelo-, me aseguraré de que no puedas comer pescado crudo por esa boca nunca más. ¿Entendiste?"
Tras escuchar toda la historia me quedé boquiabierta... Tomé a Selena de la mano y salimos de nuestro escondite.
-¿Lo que acabas de decir es cierto, Paul?
-Chicas…- dijo incómodo.
-Te estoy preguntando si es cierto- repetí.
-¿Qué vas a hacer si es cierto?- respondió con chulería.
-Cari, ¿quiénes son?- le preguntó su acompañante-. ¿Las conoces?
-¿Crees que podría conocerlas con mi nivel?
Selena me tiró del brazo para irnos.
-¿Cuál es la razón por la que no llamaste a Selena?- dije.
-¿Razón?- rio-. ¿Es que no sabéis diferenciar cuándo sois una mierda de cuándo servís para algo? Oye, mocosa- le gritó a Selena-. Envía mensajes razonablemente. ¿Eres una acosadora? Por tu culpa, mi buzón de entrada está lleno, eres una pesada.
-¡Cabrón!- grité propinándole una patada en sus partes nobles, se arqueó de dolor-. Una es por mi amiga- le abofeteé-, y esta por mi novio. Como te vuelvas a acercar a Selena juro que te mato, ¿lo pillas?

Selena y yo nos fuimos de allí rápidamente. Llegamos hasta un parque y nos sentamos en un banco.
-¿Qué tipo de idiota es ese?- pregunté sin salir de mi asombro.
-Es un alivio- Selena se secó una lágrima que empezaba a resbalar por su rostro-.Ahora sabes que Austin no es una mala persona.
-Selena...- la abracé.
-Estoy bien. De verdad- nos separamos-. Sam, ve.
-¿A dónde?
-Tienes que ir a disculparte con Austin.
-Es que… sólo…
-Ve rápido a decirle que estás arrepentida. De esa manera, creo que me sentiré mejor también.
-¿Estarás bien tú sola?
-Por supuesto. No te preocupes por mí. Ve rápido.
-Te llamaré.

viernes, 20 de mayo de 2011

Capítulo 9: ¿Lo Sabías? (Parte 3)

Austin:
Ya me estaba hartando de esperar, ¿qué clase de tío podía tardar tanto? Aún por encima con el frío que hacía. Y las otras dos bostezaban de vez en cuando también bastante aburridas.
-¡Hey!- exclamó el susodicho levantando la mano.
-¿Por qué llegas tan tarde?- Selena se agarró a su brazo.
-¡Hola!- dijo con energía-. Banga banga… Me llamo Paul.
-Hola, soy Sam, la amiga de Selena. Y éste es Austin...
No dije ni mu.
-¡Wow, tu pelo!- exclamó el tal Paul-. ¿A qué peluquería vas? Tu pelo es como un caracol, mola- sacó su móvil del bolsillo de la chaqueta y me tomó una fotografía, yo alucinaba-. ¡Si pongo esto en un blog, creo que será un gran éxito!
-¿Qué has dicho?- pregunté aguantando las ganas de romperle la cara.
-Cari...- le rogó Selena.
-Tío, a partir de ahora te llamaré compadre- el tal Paul apoyó su mano en mi hombro-. Compadre, ¡seremos grandes amigos!
Y para suerte suya, Selena lo agarró del brazo alejándose algo de nosotros.
-¿Qué tipo de persona es ése? No se disculpa por llegar tarde y que, ¿caracola...? ¡HIjo de...!
-¡Austin!- Sam intentó calmarme-. Lo siento... ¿Te quieres... ir? Nos podemos ir si quieres.
-Ni de broma, vamos a intentarlo. Una cita de plebeyos o lo que sea- contesté decidido y la agarré de ganchete-. Vamos.

Samantha:
Y ahí iban, dos, tres, cuatro peluches que Paul había conseguido para Selena en una máquina de peluches que había en la calle. Y Austin no me había podido conseguir ni uno.
-¿Quieres uno?- Paul me tendió un osito.
-Gracias.
-¡No lo cojas!- gritó Austin cogiendo el peluche y tirándolo al suelo.
Y me quedé sin peluche. Tras eso, Paul nos propuso ir a comer algo, y nos llevó a un restaurante japo. Nos sentamos todos en la misma mesa.
-¿Qué antro es éste?- preguntó Austin mirandolo todo con desgana.
-Compadre, ¿es tu primera vez?- dijo Paul señalando la comida-. ¿Nunca has comido shushi?
-¿Shushi?
-¡Pescado crudo!
-¡¿Crudo?!- Austin puso cara de asco.
-¡Qué, compadre! ¿Eres un fanfarrón?- Paul me miró-. Sam, creo que deberías pensarlo mejor. ¿Cómo vas a confiar tu vida a un chico que no es capaz de comer pescado crudo?
-¿Qué dijiste?- Austin lo miró con odio.
-¡Oh, tiene buena pinta!- exclamé antes de que ardiera Troya-. ¿Por qué no coméis?
-Deberías probarlo- le animó Selena-. Si lo masticas bien, está muy bueno.
-Hey, parece que no puedes comer esto- dijo Paul-. No sobrepases tus límites y déjalo.
-¿Quién dijo que no voy a comerlo?- exclamó Austin, y probó un bocado rápidamente.
-¿Estás bien?- pregunté preocupada al ver su cara de asco.
-¿Cómo más puedo estar?- respondió de mala gana.
-¿De verdad... estás bien?- Paul se rio-. ¡No me lo creo!
-Solo te lo diré una vez, ten cuidadito con lo que dices. ¿No sabes que el ratón asusta a la ballena?
-¿Qué? ¡Compadre!- Paul explotó en risas-. ¿No será que el ratón asusta al elefante? ¡Compadre, eres la hostia! ¡Escuché que vais al Waldcorf Secondary School! Supongo que se paga bastante por estar ahí. ¿Cuánto cuesta educarte?
Austin se levantó y pegó un puñetazo en la mesa. Fulminó a Paul con la mirada y caminó hacia el exterior del local.

Austin:
Al rato acabamos patinando en la pista de hielo que había en Central Park. Sam me había rogado que me quedara y yo lo había hecho.
Ella tampoco sabía patinar, así que se agarraba a mi cintura y yo patinaba.
-Es tan bonito- Sam me frenó y se quedó mirando todo.
-¿Te gusta?- pregunté.
-Sí. Había escuchado hablar muchas veces de esta pista de patinaje, pero es la primera vez que vengo- miró hacia las luces que colgaban de los árboles-. Parece como si estuviéramos en un cuento de hadas.
Entonces, Sam estornudó fuertemente.
-¿Tienes calefación incorporada?- dije-. ¿Por qué no llevas puestos los guantes?
-Los tengo...- rebuscó en los bolsillos de su chaquetón-. ¡No tengo guantes!
-Ven aquí.
Me quité un guante y lo puse en su mano, que por cierto le quedaba algo grande, luego agarré su otra mano y la metí en el bolsillo de mi cazadora. Ella sonrió.
-Vamos juntos la próxima vez.
-¿A dónde?
-A los Campos Elíseos.
-¡Compadre!- el plasta de Paul y Selena se pararon ante nosotros-. ¿Y si le vamos a comprar a las chicas una taza de café caliente?
-Estoy de acuerdo- aprobó Sam.
-Vamos.
Solté la mano de Sam y no me quedó mas remedio que ir tras aquel pesado.
Salimos de la cafetería con los cafés ya en la mano cuando su teléfono empezó a sonar:
-Compadre, aguánta- dijo poniendo su café y el de Selena en mis manos-. ¿Diga? ¿Yo? Estoy en la pista de patinaje.

Sam:
-Lo siento- dijo Selena-. Por Paul...
-No parece que sea una mala persona- dije sonriendo.
-Aunque fuera un poco arriesgado, parece
que cumplimos con nuestro propósito- Selena me giñó el ojo.
-¿Propósito?
-Mirar a Austin esforzándose al máximo para pegar contigo. O al menos lo intenta.
-Sí, parece que ahora puedo confiar en él- levanté la vista buscándolos entre la gente-. Pero, ¿por qué están tardando tanto? Vamos a buscarlos.
Las dos salimos de la pista, y justo allí había un corro de gente, nos acercamos y nos fuimos haciendo paso poco a poco.
-¡Austin!- grité en cuanto lo vi.
-¡Cari...!- me imitó Selena.

Austin estaba sobre Paul propinándole puñetazos, al escucharnos paró y se levantó.
-¡¿Qué demonios estás haciendo?! ¡¿Por qué le has golpeado?!- grité enfadada-. ¡¿Qué pasa contigo?!
-¿Necesito alguna razón para golpear a alguien como él?- respondió secamente.
Selena se arodilló al lado de Paul ayudándole a incorporarse un poco.
-Tú...- Austin miró a Selena de reojo-. Si quieres novio, busca uno que valga la pena.
Austin nos dio la espalda dispuesto a marcharse.
-¡No te atrevas a largarte! Discúlpate- le indiqué con seriedad-. Si te vas así, lo nuestro ha terminado. Discúlpate.
Sonrió malignamente y nos dio la espalda, y se fue sin hacerme ni caso.
-¡Oye! ¡Austin!
-¿Qué ocurrió?- preguntó Selena.
-¡Y yo que sé! ¡Le dije que fuéramos amigos, y empezó a golpearme! Sólo tenía que haber dicho que no- Paul se frotó la mejilla-. Esto me va a durar al menos 8 semanas.
-Lo siento- conseguí decir-. Te pido perdón en su lugar.

sábado, 7 de mayo de 2011

Capítulo 9: ¿Lo Sabías? (Parte 2)

Samantha:
Me sequé más o menos y salí de la piscina. Y allí estaba Jack, apoyado contra la pared. Salimos juntos del edificio:
-Parece que tienes muchas preocupaciones estos días. Parece que solo sales del agua para dormir. ¿Es por Austin?
No me dio tiempo a responder, estornudé fuertemente.
-Te vas a resfriar- dijo quitándose su gorrito de lana y poniéndomelo a mí.
-Está bien. Gracias. Da gustito, está calentito.
-¿Puedo darte un consejo?
-¿Con... sejo?
-No intentes evitarlo- dijo seriamente.
-Jack...
-¿Quién fue la que me dijo que el evitar es lo que hacen los cobardes?- posó sus manos en mis hombros y colocó sus ojos a la altura de los míos-. No lo evites, dale una oportunidad.
-Siendo sinceros, no me gusta estar en el mundo de Austin.
-El mundo de Austin... el mundo de Sam. No existe nada de eso, aún así tú y yo estamos ahora en el mismo mundo. Si no te gusta su mundo… entonces arrástralo al tuyo. ¿No eres especialista en ello?
-Intentaré seguir tu consejo. Gracias, Jack.

Leo:
Una tarde más, nosotros, el F4, volvimos a reunirnos en la casa de Austin. Nosotros tres jugábamos al billar mientras Austin paseaba de un lado a otro con el móvil en la mano.
-No seas así, y llámala - dijo Jack.
-Piensa bien- le advirtió Eric-.  Si la llamas primero, estarás dando por hecho que eres su esclavo.
-No voy a llamar- contestó Austin-. No pienso mover ni un dedo hasta que ella quiera que nos veamos.
-Tienes razón. ¡Bien dicho, Austin!- lo apoyé.
-Esa es la primera regla de un mujeriego, el toma y daca- Eric se apoyó en la mesa de billar.
-¿Cómo puedes decir algo así mientras lo miramos?- pregunté burlonamente-.  Se está volviendo loco por el mono de Samantha.
Entonces el móvil empezó a sonar en la mano de Austin. Miró la pantalla y una sonrisa apareció en su rostro.
-Está llamado- exclamó.
-¡Cálmate! Actúa como si no te importara- le indicó Eric-. Lo sabes, ¿verdad?
Austin tomó aire y acercó el teléfono a su oreja:
-Hola. ¿Samantha? ¿Quién es Samantha?
-Se pasó un poco-,susurré por lo bajo.
-¿Un poco? Querrás decir, mucho- me replicó Eric.
-¡Oh! ¡Oh, lo recuerdo!- la cara de Austin cambió radicalmente-. ¿En qué coño estás pensando? ¿Crees que siempre tengo tiempo libre? Estoy tan ocupado, que ni siquiera me he dado cuenta de que no me has llamado en 3 días y 13 horas.
-Hey man... Woh, woh- le indiqué para que se calmara un poco.
-Qué verguenza que sea mi amigo- me dijo Eric.
-¿Qué? ¿Quién crees que soy?- dijo Austin levantando la voz en el teléfono-. ¿Por qué debería ir a un sitio con gente que no conozco? ¡No voy! ¡Voy a colgar!- y se guardó el móvil, nos señaló con el dedo sonriendo-. ¿Lo habéis visto? Visteis como le grité, ¿verdad? Hasta le colgué primero.
-Pero, ¿por qué le estabas gritando?- preguntó Jack.
-Estaba hablando de ir a una doble cita o algo así.
-¿Doble cita? ¿Con quién?- se interesó Eric-. ¿Podría ser con... Selena? Eso es una verdadera hazaña para esa tía.
-Austin, ¿no vas a ir?- dije.
-Una cita es algo que dos personas hacen. Qué anticuada, dijo que quedáramos frente a la hamburguesería.
-Entonces,  ¿yo debería ir en tu lugar?- Eric se cruzó de brazos.
-¿Qué? ¿Por qué deberías ir tú?- Austin estaba algo molesto.
-Bueno... quiero ver cómo son las citas de los plebeyos.
-Eso suena divertido...- dije chocando las cinco con Eric.
-¡A callar todos!- ordenó Austin-. Quiero veros mañana en el campo de tiro a las seis de la tarde. ¿Entendido?

Samantha:
Miré mi reloj una vez más, marcaban las seis y Austin no había llegado, por supuesto que ya no vendría.
-No hay manera de que venga. Me gritó por teléfono.
-Entonces, ¿por qué estás esperando?- me preguntó Selena.
-¿Quién está esperando? Sólo tengo curiosidad por conocer a tu novio. Por eso estoy esperando.
-Oh, ¿quién es esa?- gritó alguien al otro lado de la calle-. ¿No serás Samantha?
-¿Austin?
-¡Qué coincidencia!- exclamó falsamente sorprendido y caminando hacia nosotras.
-¿Una coincidencia...?
-Pasaba por aquí, y vi una chica pasada de moda…- se paró a mi lado-. Y temblando de frío, así que dije tu nombre por si acaso.
-Oh, ¿de verdad? Pues puedes continuar tu camino, yo estaba esperando al novio de Selena.
-¿Por qué estas esperando al novio de otra persona?- exclamó celoso.
-Lárgate. No me ralles.
-Ya terminé lo que estaba haciendo- se rascó la cabeza-. ¿Quieres que me quede contigo?
-¿Perdona...?
-¿Quieres ir de escopeta con una pareja? Seré bueno y me quedaré contigo.
-Eso es genial, Sam- dijo Selena poniendo los pulgares hacia arriba.
-Haz lo que te venga en gana, pero sepas que me das mala espina- le respondí a Austin.
-¿Por qué no llega?- exclamó Austin con un tono irritante tras revisar la hora en su reloj-. Ya se está retrasando 30 minutos. ¿Pero qué modales...?
-¡Chist!- dije para que se callara.
-Lo siento, intentaré llamarlo- Selena se alejó un poco buscando cobertura.
-¡Llámalo rápido!- contestó Austin como si tuviera razón.

Jack:
-Pierdo mi pasta y me plantan...- dijo Eric tras haber lanzado con la escopeta-. Austin no es precisamente una ayuda en la vida.
Le tocaba a Leo, que apretó el gatillo y dio perfectamente en la diana:
-Ah, hace frío. Si lo hubiera sabido habría ido a jugar al squash- me miró-. ¿Cómo sabrías que Austin no vendría?
-No os preocupéis- apunté al objetivo y apreté el gatillo-. Hoy, pago yo.