Samantha:
-No he podido hablar con él...- Selena se apoyó en la barra de la bocatería-, e ignora mis mensajes.
-Lo siento, Selena. No sé qué decir- di una palmada en el aire-. ¡Ya sé! Le diré a Austin...
-No, no creo que Austin actuara así sin ninguna razón.
-¿Qué quieres decir?
-Ese día, Paul cometió muchos errores… pero Austin siguió intentado reprimir su cólera, hasta que no pudo más. Debe haber alguna razón.
-¿Qué razón? ¿Has visto alguna vez a ese idiota actuar con dos dedos de frente? Siempre lo quiere todo a su manera. Austin, haría eso y más. Sólo espera.
-¿Qué vas a hacer?
-Voy a lograr sacarle una disculpa. Como me llamo Samantha voy a conseguir que venga a pedirte perdón.
Leo:
Se escuchó un gran portazo en la sala privada de casa de Austin y los cuatro miramos hacia la puerta. Austin puso los ojos en blanco y se recostó en su sillón. Sam se acercó dando grandes zancadas.
-Samantha. ¿Para qué estás aquí?- pregunté al ver que nadie saludaba.
-Por favor dile que estoy aquí porque tengo algo que decirle.
-Está justo a tu lado- tomé aire y miré a Austin-. Tío, Sam dice que...
-Dile que no tengo nada que decir- me cortó Austin-, así que puede hacer lo que quiera.
-Sam, dice Austin que...
-¿Podrías por favor preguntarle que cuál es esa ley…- Sam miró a Austin enfadada-. para golpear a alguien sin ninguna razón y no disculparse?
-Tío, ¿ya la has cagado otra vez?- preguntó Eric.
-Ahora, algo de una ley...- repetí.
-Dile que es un desperdicio usar el puño con una basura como ese tal Paul.
-Dice que es un desperdicio. De verdad… ¿hasta cuándo tengo que hacer esto?- me quejé.
-Oye, ¿qué os pasa?- volvió a preguntarles Eric.
-Por favor dile claramente que ésta es mi última advertencia- Sam se puso seria-. Gracias a su alto y todopoderoso puño, mi amiga está llorando. Que si no se disculpa, de verdad se habrá acabado.
-Debería estarme agradecida por deshacerme de un pedazo de basura como ese tío...- susurró Austin-. ¿Una disculpa? Dile que no lo haré ni muerto y que haga lo que le dé la gana.
-Está bien, lo entiendo Austin- Sam se cruzó de brazos-. Fue demasiado de mi
parte esperar a que encajaras con alguien de baja clase como Selena, Paul y yo. Pero no entiendo por qué la inocente Selena tiene que pagar las consecuencias de tus acciones. Austin, a partir de ahora no nos conocemos- miró hacia el resto-. Chicos, perdonad la interrupción. Ya me voy.
Sam salió por dónde había entrado, eso si, sin portazo esta vez.
-¿No vas a salir?- preguntó Jack a Austin-. ¿Vas a dejarla ir?
Samantha:
Salí de la piscina escolar con el pelo algo mojado. Estornudé con fuerza y me senté sobre las escaleras.
-¿Ves? Te dije que te resfriarías- Jack estaba apoyado contra la pared.
-¿Cómo sabías que estaba aquí?
-Nadas cuando te sientes afligida y ocurrió algo angustioso. Así que… estarás en la piscina. ¿Es duro?
-Si vas a decir algo sobre Austin, no quiero hablar sobre eso.
-¿Dije que hablaría de Austin?
-Si me hiciera algo malo a mí, se acabaría después de que me gritara… pero por Selena, no puedo. Ella intentó ayudarnos.
-¿Puedes responderme? ¡De todos modos, no puedo perdonarlo fácilmente esta vez! Si las cosas acaban para Selena, ¿cómo puedo salir con Austin?
-Dijiste que no íbamos a hablar de él pero sigues haciéndolo- me recordó, estornudé de vuelta-. Esperaba que no lo necesitaras, pero lo necesitas. Si no te secas el pelo después de nadar, te resfriarás- Jack me entregó una medicina para el resfriado-. Alguien que conozco, últimamente hace eso día tras día. Así que…- estornudé otra vez-. ¿Ves?
-Jack, yo...
-¿No estás agradecida?- asentí lentamente-. Entonces hazme caso, un chico, no hace algo sólo porque sí, en frente de la chica que le gusta. Siempre hay una razón.
-¿Qué?
- Te lo digo por experiencia, así que está bien si le crees. Yo tengo que irme
Lo pensé un rato, si ese chico no aparecía y con Austin no podía contar, solo me quedaba ir nosotras a su encuentro.
-Vamos- agarré a Selena por el brazo corriendo entre la gente que pasaba por la calle.
-Sam, estoy asustada.
-¿Vas a seguir esperando a un chico que no te ha llamado en varios días? Vamos.
¿No dijiste que el club donde trabaja Paul está por aquí?
Y de un local que había en la calle salió Paul... abrazado de una chica.
-Paul...- susurró Selena.
Nos escondimos en un portal y escuchamos su conversación:
-¿Conoces la chica de bachiller que veía sólo para divertirme?- dijo Paul-. Tuve una doble cita con ella, y el novio de la amiga
era un ricachón.
-¿Ricachón? Deberías habérmelo presentado.
-Bah, olvídalo. Tiene mucho dinero, pero
su gusto con las chicas es pésimo. La novia no parecía de bachiller y tenía el cuerpo de una de primaria. ¿Sabes lo desharrapadas que iban? Son camareras.
-¿Camareras? ¿De qué club?
-No es eso, trabajan a media jornada en una bocatería.
-¿Qué? ¿Pero es novia de un rico? ¿Es bonita?
-Bonito mi culo. Entonces cuando le dije que le presentaría a una chica caliente como tú, me pegó.
"-¿Yo? Estoy en la pista de patinaje. ¿Qué quieres decir? Estoy un poco ocupado
jugando con un par de niñitas. ¿Qué? ¿De verdad? Si, está bien. Espérame- colgué el móvil-. Austin, vamos a hablar como verdaderos hombres. ¿Esa Samantha o mala hierba? ¿Es una chica de verdad? ¿Te está chantajeando o algo por el estilo?
-¿Qué?
-¿Puede ser que la Srta. Mala Hierba tenga un poco de dinero? Viéndote, creo que las llevas de perder- apoyé mi mano en su hombro-. ¿Por qué no acabamos con esto y vamos a un club? Si vamos allí, podemos encontrar tías buenas que no se comparan con estas apestosas… - fue ahí cuando me propinó el primer puñetazo-. ¿Qué pasa contigo?
-Si llamas a mi novia Mala Hierba…- me empujó contra el suelo-, me aseguraré de que no puedas comer pescado crudo por esa boca nunca más. ¿Entendiste?"
Tras escuchar toda la historia me quedé boquiabierta... Tomé a Selena de la mano y salimos de nuestro escondite.
-¿Lo que acabas de decir es cierto, Paul?
-Chicas…- dijo incómodo.
-Te estoy preguntando si es cierto- repetí.
-¿Qué vas a hacer si es cierto?- respondió con chulería.
-Cari, ¿quiénes son?- le preguntó su acompañante-. ¿Las conoces?
-¿Crees que podría conocerlas con mi nivel?
Selena me tiró del brazo para irnos.
-¿Cuál es la razón por la que no llamaste a Selena?- dije.
-¿Razón?- rio-. ¿Es que no sabéis diferenciar cuándo sois una mierda de cuándo servís para algo? Oye, mocosa- le gritó a Selena-. Envía mensajes razonablemente. ¿Eres una acosadora? Por tu culpa, mi buzón de entrada está lleno, eres una pesada.
-¡Cabrón!- grité propinándole una patada en sus partes nobles, se arqueó de dolor-. Una es por mi amiga- le abofeteé-, y esta por mi novio. Como te vuelvas a acercar a Selena juro que te mato, ¿lo pillas?
Selena y yo nos fuimos de allí rápidamente. Llegamos hasta un parque y nos sentamos en un banco.
-¿Qué tipo de idiota es ese?- pregunté sin salir de mi asombro.
-Es un alivio- Selena se secó una lágrima que empezaba a resbalar por su rostro-.Ahora sabes que Austin no es una mala persona.
-Selena...- la abracé.
-Estoy bien. De verdad- nos separamos-. Sam, ve.
-¿A dónde?
-Tienes que ir a disculparte con Austin.
-Es que… sólo…
-Ve rápido a decirle que estás arrepentida. De esa manera, creo que me sentiré mejor también.
-¿Estarás bien tú sola?
-Por supuesto. No te preocupes por mí. Ve rápido.
-Te llamaré.