sábado, 26 de marzo de 2011

Capítulo 8: Porque soy Estúpido (Parte 3)

Jack:
Aparqué la moto y Sam se bajó, se quitó el casco y miró todo al rededor.
-¿Dónde estamos?
-Mi casa.
Entré en casa mientras ella me seguía. Recorrimos todos los pasillos hasta llegar al salón. Dejé los cascos sobre una mesa y la invité a sentarse mientras iba a buscar unos cafés.
Mientras regresaba con una bandeja y los cafés, pasé por delante del monitor por el que salían las imágenes de lo que había en el portal. Y salía Austin, muriéndose de frío. Me reí, a lo mejor no estaba mal hacerlo sufrir un poquito.
Me senté en el sofá al lado de Sam y le serví su café.
-No veo a nadie aquí.
-Es incómodo con gente alrededor. Todos vienen y se van cuando yo estoy- le expliqué.
-Ya veo.
-Es algo extraño- bebí un poco de café-. No me siento incómodo cuando tú estás. Estoy cómodo sin alguna razón... y es divertido de una forma extraña. Eres cálida en todas partes.
-¿Yo?
-Creo que sé... por qué le gustas a Austin. Sam...- dije acercándome lentamente a su boca.
-¡Oh dios!- Sam se apartó y señaló un marco que había sobre la mesita de cristal-. Ésta es Mackensie. Tú también apareces. Y el caballo que vimos hace poco. ¿Quizá es tu regalo de Navidad?
-Lo que los chicos dicen puede ser cierto.
Si no hubiera pasado el incidente de Mackensie... no estaría aquí contigo.
-¿Y si Mackensie...?
-Dijo que no se va a casar con ese hombre.
-¿Entonces...?
-Pero eso no cambia nada.
-¿Cómo que no?
-Pienso... que es hora de dejarla ir- le dediqué una sonrisa-. De todas maneras, gracias. Gracias a ti... creo que soy capaz de dejarla ir. Mi primer amor.
-Dicen que hay lazos en este mundo que no importa cuántas veces se rompan, siempre vuelven a encontrarse. Podrás encontrarla nuevamente. Porque vosotros dos... porque... Porque...- cerré los ojos y apoyé mi cabeza sobre su hombro haciéndome el dormido-. Porque... Gracias a Mackensie creo que puedo dejarlo ir. A mi... primer amor. Adiós, Jack. Podría lamentarlo una vez más. Pero debería dejarte ir.
Con cuidado se levantó y salió de casa.
Lo había escuchado con mis propios oídos, ella quería olvidarse de mí.
Me acerqué al monitor, y pude ver como Austin cansado de esperar se metía en su coche y desaparecía a lo lejos.
Entré de vuelta en la cocina para recoger las tazas, cuando me fijé que sobre el sofá descansaban los guantes de Sam.

Eric:
Austin lanzó otro dardo sobre la diana con fuerza. Leo cerró su libro y se quedó mirándolo.
-¿Y ahora qué le pasa?
-Es probablemente debido a Sam- aclaré.
-Sam está con Jack... parece que batirá un nuevo  récord esta noche.
Entonces nuestros móviles sonaron a la vez. Los tres leímos el mensaje:
"Encontrémonos en la pista de hockey. ¿Os hace un partido?"
-¿Quién se cree que es este idiota para obligarme a hacer algo? Debería estar en la cita- murmuró Austin, y lanzó el último dardo sobre la diana.

viernes, 18 de marzo de 2011

Capítulo 8: Porque soy Estúpido (Parte 2)


Samantha:
¿Quieres salir conmigo?
¿Qui-e-res sa-lir con-mi-go?
Me levanté de un salto de cama.
-¿Cita?
Me vestí rápidamente y abandoné mi habitación intentando hacer el menor ruído posible para no llamar la atención de mi familia.
Caminé sigilosa hacia la puerta, posé mi mano sobre el pomo y...
-¡Samantha!- exclamó mi madre-. ¿Qué haces?
Me giré sobresaltada, y allí estaban los tres observándome con curiosidad.
-Voy a salir a tomar aire fresco y a hacer ejercicio- mentí.
-¿Vestida así?- preguntó Frankie con pillería-. En realidad... ¿vas a ir a una cita con Jack, verdad?
-¿Y tú cómo lo sabías?
-Aunque lo tuyo con Austin no funcionó- explicó mamá-. Hija, el amor no siempre funciona como se planea.
-Por supuesto, por supuesto- le apoyó papá.
-Dónde se cierra una puerta, se abre un ventanal.
-¿Qué se supone significa eso?- pregunté.
-Eso es... Significa que tienes que estar bonita para los ojos de Jack. ¿Esa falda no está demasiado larga? ¿No puedes vestir un poquito más sexy? Para una mujer, su
fragancia es importante- mamá me roció con perfume-. Una fragancia de seducción
que nadie pueda rechazar.
-¡¡Ya vale!!- exclamé agitando el pelo-. Yo me largo.
-¿Qué decís que él tiene?- preguntó papá a mis espaldas.
-Fundación Cultural Alexander- nombró Frankie-.  ¡Real Barcelona! ¡Hana Dolphins!
-Nuestra hija, la esposa del nieto del ex-presidente- fantaseó mamá
Puse lo ojos en blanco y salí al frío de la calle.

Leo:
Eric y yo entramos en la habitación de Austin, un sol espléndido entraba por los ventanales, aunque hacía bastante frío.
Éste todavía dormía en su cama.
Nosotros lo destapamos.
-¿Qué horas son éstas para seguir durmiendo?- le regañó Eric.
-Vamos a dar una vuelta.
-No quiero- agarró las mantas y se tapó de nuevo.
-¿Man, quieres ir al campo de tiro?- pregunté quitándole las mantas.
- Paso.
- ¿Una vuelta en coche?- intentó Eric.
-No me da la gana.
-¿Entonces... de compras?
-Te dije que no me interesa.
Le hice un gesto a Eric para que me siguiera la corriente. Solté las mantas y Austin volvió a taparse.
-El clima está delicioso, ¿y te vas a quedar sentado aquí?- le anunció Eric.
-Ese cabrón de Jack- dije hablando con Eric-.  Debe estar disfrutando de la cita.
-¿Pero... si Jack y Sam salen juntos, qué crees que harán?- Eric miró por el rabillo del ojo a Austin-. No puedo ni imaginarlo.
-Tienes razón. Deben estar en algún lugar al solecito tomando una siesta juntos.
-¿Apoyando sus cabezas uno en los brazos del otro?
Austin empezó a revolverse entre las sábanas. Nosotros nos abalanzamos sobre él, Eric le golpeaba con la almohada y yo tiraba de las mantas.
-Hey, salgamos. ¡Vamos!

Jack:
-El primer regalo de Navidad que Mackensie me dio fue éste.
Acaricié la cabeza de mi caballo. Sam le dio un poco de paja que Louis comió con gusto.
-¿Te dio un caballo como regalo? Cuando era pequeña... le rogué a mis padres durante cuatro días y tres noches por un perrito.
-¿Qué pasó? ¿Lo conseguiste?
-No, sólo conseguí una bofetada por pesada.
Me reí.
-¿Qué tal un paseo a caballo en vez de un perrito?
Asintió con energía. Salimos a dar una vuelta a lomos de Louis.
El día pasó rápidamente, como ocurre con todo lo bueno.
Empezó a anochecer cuando caminando llegamos al Empire State. Sam se quedó pensativa mirando un banco de madera. 

Un gran cartel indicaba la subida a un teleférico para ver la ciudad, lo señalé con el dedo:
-Samantha, ¿quieres subir a eso?
La agarré por el brazo arrastrándola hacia la entrada.

Austin:
Sin palabras me había quedado.
No había sido capaz de evitar la idea de espiarlos, y hacerlo me dañaba aún más. Ellos dos parecían tan perfectos uno para el otro.
Uno de los guardaespaldas petó en la ventanilla del coche. Pulsé el automático y esta bajó poco a poco.
-Señorito, traje el café que me pidió.
Lo tomé entre mis manos, todavía quemaba. Le dí un sorbo lento, sabía exactamente igual al que Sam me había comprado:
-Toma. ¿Quieres saber por qué vale tanto?
Y las vistas de la ciudad.
-¿Cómo está? ¿Tenía razón, verdad? Es igual a beber un café en la terraza de un hotel.

Samantha:
-¿No quieres beber algo?- me ofreció Jack.
Miré la máquina de los cafés, la misma de la que hacía un tiempo había sacado un café para Austin.
-No, estoy bien.
Adelanté el paso y entramos en el teleférico en el que había pasado una noche entera encerrada con Austin.
Las puertas se cerraron y se empezó a mover.
-Es la primera vez que subo a esto- dijo Jack mirando por el cristal-. ¿Has subido antes?
-Sí, una vez...
Revisé todo con la vista, y allí estaba la esquina en la que había dormido... con Austin.
Entonces caí en la cuenta de que había algo escrito con un permanente negro:
"Austin Jake Mcklaine & Samantha Gilbert: Primera noche juntos"
Abrí los ojos como platos, ¿pero cómo...?
Austin, si lo tuviera a mi lado lo mataría.
-¿No te sientes bien?- preguntó Jack.
-¿Huh? No, estoy bien.
Bajamos del teleférico y continuamos paseando por las calles. Y también continuaban en medio de la calle los pósters de Mackensie, nos paramos en frente de ellos.
-A ella probablemente le esté yendo bien, ¿cierto?
-No empecemos otra vez- dijo molesto.
-Lo siento.
-¿Si todo se arreglara diciendo "lo siento" entonces para qué hay leyes y policías en el mundo?
Y no sólo el escenario, sino que tras esas palabras Jack también me recordaba a Austin.

viernes, 11 de marzo de 2011

Capítulo 8: Porque soy Estúpido (Parte 1)



Samantha:
-¿A dónde vas tan tarde?- se decidió a preguntar.
-A entrenar, ¿por qué?
-¿Tantas ganas tienes de ganar?
-A nosotros no nos queda otra opción.
-¿"Nosotros"?
-Sí, Jack y Yo.
-¿Entre toda la gente que hay por qué tiene que ser Jack? Si Jack no hubiese regresado...
-Austin.
Me agarró de los hombros y me rodeó con sus brazos, apretándome contra su pecho.
-Aún no es demasiado tarde- me susurró-. Sólo una frase. Di que te gusto... sólo eso.
-Lo siento- me soltó lentamente-. No puedo decir cosas que no siento.
-¿Sabes qué es lo que estás haciendo? El todopoderoso Austin te lo está rogando.
-No tengo opción.
-¿Cómo pudo gustarme una chica como tú? Acabas de perder tu última oportunidad. Ni se te ocurra venirme llorando mañana... porque  no voy a ponértelo tan fácil.
-Eso es lo que esperaba.
-Claro. Eso es más como "Samantha". Está bien. Veamos lo lejos que puedes llegar.
Y se fue con la cabeza alta, dejándome sola en la oscuridad de la noche.
Me senté en un columpio y apoyé la mejilla en la fría cadena de metal.
-No voy a arrepentirme- repetí para mí-. No voy a lamentarlo. Nunca lo lamentaré.

Austin:
Llegó el día de la competición. Me senté en una tumbona, entre Selena y mi hermana. La piscina estaba hasta los topes de alumnos curiosos por como acabaría todo.
-Así que, si él pierde esta vez, Jack Alexander será expulsado del F4...- murmuraban algunos-. Y Samantha Gilbert será expulsada del colegio...
-¿Pero y si Jack gana?- preguntó otro.
-Di algo que tenga sentido. No apostaste a favor de esos resultados, ¿verdad?
-No. Nadie apostaría por Jack a menos que esté loco.
-¿Pero y si él gana de 1 entre 10.000?
-Sería un titular en las noticias.
Ashley se puso en pie y se dirigió al público:
-Comenzaremos ahora la última competencia. Nadadores, por favor entrad.
Leo y Jack se colocaron en sus posiciones.
-Listos... ¡ya!- exclamó Ashley.
Ambos se lanzaron al agua y Sam y Eric se colocaron para recibir el relevo.

-¡Hey, lavandera!- gritaron las BGirls-. ¡Este será tu fin!
Sam no les prestó atención.
-¡Eric, fighting! ¡Eric, que viva!- gritaron esta vez.
-¡Sam, usa tu fuerza!- exclamó Selena-. ¡Sólo un poquito más!
Jack llegó unos segundos antes que Leo, por lo tanto la primera en tomar el relevo fue Sam. Poco después saltó Eric, que en menos de 20 segundos ya la había alcanzado.
Me levanté, y sin que nadie notara que ya no estaba, apagué las luces, de manera que no se pudiera saber quién había llegado antes.
-¿Quién fue? ¿Quién coño apagó las luces?
Ashley me miró y sonrió, como si estuviese orgullosa de mí. Y antes de que me descubrieran, encendí las luces y abandoné la piscina.

Jack
-Con esto, la expulsión de Sam, y Jack será como si nunca hubiera sucedido- nos anunció Ashley al salir de la piscina-. Nadie se opone,  ¿correcto?- asintió y miró a Sam con una gran sonrisa-. Estuviste genial.
-Gracias.
-Yo soy la que debe agradecerte todo.
-¿Qué?
-Porque creo que mi horrible hermanito está madurando gracias a alguien. Chicos, ya nos veremos.
Nos despedimos de ella con la mano.
Selena abrazó a Sam con euforia:
-Es una tranquilidad. ¡Qué alivio!
Luego, Leo apoyó su mano en mi hombro, mientras Eric le tendió la mano a Sam:
-Samantha, has estado increíble.
-Gracias- se apretaron las manos-. Tú también lo has echo muy bien.
-Nosotros nos vamos- anunció Leo-. Estaremos con Austin.
Rato después, Selena también se había ido. Sam y yo paseábamos por los jardines de la escuela.
-Gracias- dijimos a la vez-. Gracias a ti...
Nos miramos y reímos.
Se hizo el silencio de vuelta, tomé aire y paré en seco.
-¿Sam?- ella dejó de caminar y me miró-. ¿Quieres salir conmigo?


Austin:
-Austin...- hablaba sólo, recostado en el sillón de cuero-. Es cierto, tienes una deuda que pagar.
-¿Por qué murmuras tú solo, como si estuvieras borracho?- preguntó Eric.
Levanté la mirada y Leo y Eric me miraban de brazos cruzados. Me apoyé sobre el escritorio.
-Creo que el impacto fue demasiado grande- se cachondeó Leo.
-¿Os acordáis de cuando rompí el robot de Jack?
-¿Robot?- preguntó Eric-. Ah, ¿el de madera?
-Sí, el de madera.
Era un día de Invierno, todo estaba completamente nevado. El F4 jugaba a lanzarse bolas de nieve bajo la supervisión de Robert.
Jack estaba sentado en las escaleras con un robot de juguete entre sus manos.
Abandoné la pelea de bolas y me acerqué a él.
-Jack, dame eso.
-No- y se aferró al robot con fuerza.
-Dámelo. Te lo cambio por todos mis juguetes.
-No puedo dártelo, Austin.
-Eres un egoísta. ¿Por qué no puede ser mío?- se lo arranqué de las manos y me alejé corriendo-. ¡Ahora es mío!
Tropecé y caí de bruces al suelo, el robot salió rondando. Justo llegó el coche que por aquel entonces, traía a Ashley de la escuela, y lo esmagó haciendo añicos.
Jack se levantó y cogió cada uno de los pedazos llorando.
Robert acudió a mi ayuda y me levantó del suelo. Yo no podía comprender el llanto de Jack, sólo era un juguete...
-El difunto padre de Jack hizo este robot para él- me explicó Robert.
-Después de eso, siempre he pensado que tenía una deuda con él.
-¿Estás diciendo que vas a compensarle con lo que pasó esta vez?- cuestionó Eric.
-Porque... no puedo partir a Sam, para que nadie la posea.
-Capullo- susurró Leo con una sonrisilla se abalanzó sobre mí y me abrazó.