sábado, 11 de junio de 2011

Capítulo 9: ¿Lo Sabías? (Parte 5)

Eric:
"-Te ruego que te des por vencida ahora. Por favor. ¡Para de amenazarme con un suicidio!- grité al teléfono-. ¿Soy el siguiente después de papá? Mamá, para ya, te lo ruego. Ya estoy en el museo, se lo diré. Adios.
Abrí la puerta del despacho de mi padre y se me cortó la sangre. Se estaba dando el lote con otra chica. Cerré la puerta con cuidado de que no se enteraran.
Al rato salió la chica.
-Tus labios... Tu lápiz labial está corrido.
-Gracias- dijo tras limpiarse.
-Eres la cuarta.
-¿Qué?
-Eres su cuarta amante este año- le informé-. Creo que eres demasiado bonita para esto."
Miré por la ventanilla del coche, entre la gente, con la mirada clavada en el suelo estaba Selena, la amiga de Sam.
-Para el coche- le indiqué al chófer.
Me acerqué a ella, al verme rompió a llorar.
-¿No eres mayorcita como para llorar en medio de la calle? Algunas mujeres piensan que se estan más guapas cuando lloran, pero no es cierto.
Continuó llorando, cada vez con más fuerza. La gente que pasaba me miraba con mala cara o me señalaba, como si yo fuese el culpable de su llanto.
-Selena... Selena...- miré hacia la gente-. No tengo nada que ver, no fui yo.
-Buaaah!- continuó llorando.
-¡Selena!

Austin:
Esta vez, solamente estábamos tres, Jack tocando la guitarra y Leo jugando conmigo a las cartas.
-Dos pares- puse mis cartas sobre la mesa.
-¿De verdad?- Leo sonrió con malicia y puso las suyas sobre la mesa.
-¿Qué es esto?- grité cabreado-. ¡Nada me sale bien!
-¿Aún no has arreglado las cosas con Sam?- preguntó Jack.
-¿Arreglar? No pienso pestañear aunque se arrodille a mis pies durante 4 días y 3 noches.
-Escuchemos lo que ocurrió- dijo Leo barajando las cartas-. Tampoco creo que hayas hecho algo bueno.
-¿Qué quieres decir con que no hice nada bueno? Salí en una doble o triple cita con ellos, comí pescado crudo o lo que quiera que fuera e incluso le dí su merecido a una basura de tío. Me porté muy bien.
-Entonces tampoco perdonarás a Sam- concluyó Jack.
-Te estoy diciendo que no lo pasaré por alto fácilmente.
-Ya lo has oído no creo que funcione, Samantha- dijo Leo-. Creo que tendrás que irte.
-¿Sam...? -miré detrás de mí y me encontré a Sam de pie y con la cabeza agachada-. ¿Cuándo llegaste?
-No sabía que estuvieras tan enfadado. Creo que sólo pensé en mi misma. Lo siento. Me iré.
-¡No!- me levanté de un salto poniéndome enfrente suya-. Quiero decir... ¿A dónde vas? Si viniste, tienes que decirme al menos por qué estás aquí. ¿Crees que mi casa es un lugar en el que puedes entrar y salir cuando quieras?
-Austin... por favor acepta mis... mis...
-¿Tus...?- repetí.
-¡Mi manzana de la disculpa!- dijo tendiéndome una manzana, la cojí.
-Si todo se arreglara con una disculpa…- le lancé la manzana a Leo-, ¿por qué hay leyes...

-... y policías en el mundo?- repitió Sam terminando mi frase.
-Bien, ya te lo sabes.
-Jolín... ¿Entonces qué quieres que haga?
-Tres deseos.
-¿Tres deseos?
-Si me los concedes, entonces aceptaré tu manzana del arrepentimiento.
-Disculpa, manzana de la disculpa- dijo Leo poniendo en alto la manzana.
-Por qué tres… ¿Por qué tienen que ser tres deseos?
-Chicos, ¿no creéis que gran parte de la culpa es suya porque no quiso ver las buenas intenciones de Austin?- pregunté a Jack y Leo.
-Samantha eres culpable- contestó Leo.
-Está bien. Haré lo que sea que me pidas.
Peero, tienes que decirme los tres en un minuto. ¡Empieza!
-¿Qué regla es esa?- me quejé.
-El tiempo pasa. ¿Qué deseo es “qué”? 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18...
-¡Oye, para de contar!
-19. 20.
-¡Para!- grité, pero no me hizo ni caso.
Leo y Jack no paraban de reir.
-21... 25.
-¡Siéntate!
-¡26!- se puso de cuclillas en el suelo-. 27, 28, 29, 30.
-Joder, qué cruz. ¡Levántate!
-Austin, te queda un deseo- se puso en pie-. ¡50! 51, 52, 53, 54, 55.
-¡Di!- paró de contar y me miró fijamente-. Di,  "Cariño... lo siiiennto." Va te toca. ¿No me escuchaste? "¡Cariño! Lo siieenntooo." Inténtalo.
-Austin...
-Oye, ¿no viste como lo decía Selena? Ahora, repite después de mí. "Cari, lo siieentoo."
-¡No puedo hacerlo! ¡No lo haré! ¡Ni de coña!- gritó Sam-. Haz lo que quieras, acepta la disculpa o no. Pero eso ni de broma.
-¡Oye, Samantha Gilbert! ¡¿A dónde vas?!- cerro la puerta sin dignarse ni a despedirse.
-Deberías haber aceptado sus disculpas cuando estaba de buenas- me reprochó Leo jugando con la manzana.
-Dámela- Leo esquivó mi mano y le paso la manzana a Jack-. ¡Que me la devolváis!
Jack sonrió y le metió un mordisco a mi disculpa comestible.
-¡Oye! ¡Por qué comes mi disculpa!- se la arranqué de las manos-. Es mía, no se toca.

3 Flores:

Elena dijo...

me gustó ^^

RISRE dijo...

jajajaa!! bastante gracioso!! aww!! Austin la ama aunque sea tan fastidioso! B:
me encanto!! :D

Anónimo dijo...

Me encanta tu blog. También me gusta muchO "EL ABISMO DE LOS SUEÑOS" creo que también es tuyo.
Yo también escribo novelas solo que no tengo blog.
Publica pronto.
Austin me enamoraa!! LO AMO.
Besos desde Canarias